Por las altas temperaturas y la falta de humedad, la BCBA redujo el volumen de la cosecha del cereal.
Cerca del final, la siembra de maíz con destino a grano comercial es afectada por la falta de lluvias y las altas temperaturas registradas durante las últimas semanas de diciembre y los que va del mes de enero. “Empeoró la condición hídrica del suelo y, en consecuencia, la condición del cultivo de maíz, limitando el potencial de rendimiento” explicaron técnicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y precisaron que “las zonas más afectadas han sido las del centro y este agrícola, con un foco crítico en los partidos que integran la zona núcleo sur y el oeste bonaerense”.
Si bien los maíces tempranos sembrados en septiembre lograron escapar a la etapa más seca, los cultivos implantados en octubre y principios de noviembre han sido los más perjudicados, ya que atravesaron su período crítico en plena sequía. “Los planteos sembrados en diciembre y enero transitan su periodo vegetativo con menor demanda hídrica, presentando síntomas de estrés hídrico como acartuchamiento de las hojas, aunque podrían recuperarse si las lluvias regresan a la región” agregaron en la BCBA y confirmaron que “la proyección de producción se redujo a 49 millones de toneladas, lo que significa 1 millón de toneladas por debajo de la proyección anterior”.