Inicio Vitivinicultura El futuro del vino: las 10 tendencias clave para el 2025

El futuro del vino: las 10 tendencias clave para el 2025

Entre las tendencias que se destacarán en el sector vitivinícola para este año se encuentran los vinos de baja intervención, vinos de alturas y aquellos con menos o sin alcohol.

Como todos los años, desde la consultora Veintemillas dieron a conocer el estudio de tendencias 2025 para los sectores de la alimentación, la hostelería y el vino. Este informe es usado como herramienta para desarrollar campañas de marketing y comunicación sabiendo lo que será importante en el año, permitiéndole a las bodegas y productores adelantarse a los cambios que la sociedad de consumo actual verá en este nuevo año.

A continuación, estas son las diez tendencias que marcarán el negocio del vino durante el presente año:    

Vinos de Baja Intervención: una tendencia en alza

Los consumidores actuales buscan autenticidad, y estos vinos son la definición líquida de esa palabra. Elaborados con mínima manipulación tanto en el viñedo como en la bodega, reflejan el terruño de forma pura, sin artificios ni adornos. Los vinos de baja intervención no solo satisfacen la demanda de autenticidad, sino que también promueven la sostenibilidad y la conexión con el entorno.

Vinos Naturales: un mercado en auge

Una tendencia muy relacionada con la anterior es la de los vinos naturales, cuyo mercado está experimentando un auge imparable. Sin pesticidas, aditivos químicos ni tratamientos agresivos, estos vinos apuestan por reflejar lo más puro de la tierra y sus uvas. Este enfoque no solo ha atrapado a los paladares más conscientes, sino que también responde a una creciente demanda de productos sostenibles y auténticos.

Además del encanto de sus sabores auténticos, estos vinos se han convertido en un símbolo de resistencia frente a la industrialización masiva del sector. Con un mercado en constante expansión, cada copa no solo brinda placer, sino que también impulsa un cambio hacia una viticultura más respetuosa con el medioambiente y la biodiversidad.    

Vinos con menos o sin alcohol: una preferencia en aumento

El fenómeno de los vinos con baja o nula graduación alcohólica está lejos de ser una moda pasajera; ha llegado para quedarse. Este cambio refleja un enfoque creciente hacia el consumo responsable y la salud, particularmente entre las generaciones más jóvenes, que buscan opciones más ligeras y adaptadas a un estilo de vida activo. Este cambio no solo responde a un mercado más consciente, sino que también redefine el futuro de la industria vinícola. Las bodegas tienen ahora la oportunidad de innovar y diversificar su portafolio, anticipándose a los consumidores del mañana.

El resurgir de las variedades autóctonas en el vino

La exploración de variedades autóctonas está ganando terreno entre los amantes del vino que buscan experiencias sensoriales fuera de lo común. En lugar de las uvas más convencionales, ahora hay un renovado interés por las variedades locales, que ofrecen sabores genuinos, reflejo directo del terroir de cada región. Estas bodegas no solo preservan el patrimonio vinícola local, sino que también abren nuevas puertas a la diversidad de sabores, ofreciendo a los consumidores una experiencia más auténtica y variada. A medida que esta tendencia crece, cada vez más bodegas se unen a la revolución de las variedades autóctonas, consolidando su lugar en un mercado global que valora la identidad y el origen de cada vino. 

Líderes femeninas transformando la industria vitivinícola

En los últimos años, la industria vitivinícola está rompiendo moldes con una tendencia clara: las mujeres ya no son solo las consumidoras de vino, sino que también están tomando las riendas del sector. El liderazgo femenino está en auge, con cada vez más mujeres ocupando cargos ejecutivos en bodegas de todo el mundo. La Asociación de Mujeres Amantes de la Cultura del Vino (Amavi), es una de las grandes defensoras de este cambio, luchando para que las mujeres sean reconocidas por su valía en un mundo tradicionalmente dominado por hombres. La creciente presencia de mujeres en puestos clave dentro de la industria vitivinícola, demostrando que el talento femenino es indispensable para la evolución y el futuro del vino.           

Viñas Viejas: el tesoro oculto que revoluciona el vino

En el dinámico mundo del vino, las viñas viejas emergen como las protagonistas indiscutibles de 2025. Estas cepas, con más de medio siglo de vida, ofrecen uvas de calidad excepcional, reflejando la esencia del terroir y aportando complejidad y profundidad a los vinos. La revalorización de las viñas viejas no solo enriquece la diversidad y calidad de los vinos, sino que también impulsa la conservación de un patrimonio agrícola invaluable, consolidándose como una tendencia clave en la industria vinícola para 2025.

La Innovación como clave para destacar en un mercado saturado

En un mercado tan competitivo como el actual, las bodegas que logran crecer son aquellas que apuestan por la innovación. Según últimos datos, el 37% de las marcas que más crecieron el último año apostaron por la innovación, y un 90% de esas innovaciones fueron exitosas. La clave está en ser diferentes, y como muestran estos ejemplos, la innovación es la herramienta perfecta para destacar en el competitivo mundo del vino. En un sector tan tradicional, ofrecer algo disruptivo y alineado con las tendencias actuales es fundamental para destacar y seguir creciendo.

El vino blanco gana terreno

El vino blanco está experimentando un notable ascenso, desplazando lentamente al tinto como la opción preferida por los consumidores. Si bien durante años el vino tinto gozó de la fama de ser más saludable gracias a su alto contenido de polifenoles, esta percepción ha disminuido. Los winelovers buscan ahora opciones más ligeras y con menor contenido alcohólico, lo que favorece el crecimiento del vino blanco.

Grandes movimientos de la industria lo demuestran: la adquisición de Massican por parte de E. & J. Gallo resalta este cambio en la demanda ya que Massican, fundada por el enólogo Dan Petroski en 2009, se centra únicamente en vinos blancos de Napa, elaborados predominantemente con variedades italianas.

Este fenómeno también se refleja en la restauración. Restaurantes como Smithereens en Nueva York, especializados en la cocina de Nueva Inglaterra, han apostado por cartas casi exclusivas de vinos blancos, dejando cuatro ‘tristes’ opciones de vino tinto. Aunque no se espera que esta tendencia se convierta en norma, lo cierto es que el vino blanco sigue ganando espacio, especialmente en menús que buscan opciones frescas y ligeras.

El 2025 promete consolidar esta tendencia, con el vino blanco como un protagonista que responde a los hábitos alimenticios más saludables y modernos.   

Vinos de altura

Los vinos de altura están conquistando mercados y paladares con sus características únicas. Estos vinos provienen de regiones vitivinícolas situadas a gran altitud, donde el clima más fresco y la mayor variabilidad térmica entre el día y la noche permiten que las uvas se desarrollen de forma más lenta, lo que da lugar a vinos con una frescura y complejidad inconfundibles. Un claro ejemplo de esta tendencia es Bodegas Colomé, en los Andes de Argentina, con una altitud promedio de sus viñedos de 2440 m. sobre el nivel del mar, produce vinos con una notable acidez y complejidad.

A medida que los viñedos tradicionales enfrentan los desafíos del cambio climático, las bodegas de altura se posicionan como una de las alternativas más prometedoras para los amantes del vino que buscan algo verdaderamente excepcional.

Un enoturismo más auténtico y personalizado

Para el año 2025, el enoturismo se dirige hacia una experiencia más auténtica y personalizada, centrada en la conexión directa con el terroir y en el disfrute de vivencias únicas que trascienden la simple cata de vinos. Las bodegas están renovando sus propuestas para ofrecer experiencias inmersivas que permiten al visitante conocer de cerca no solo el proceso vinícola, sino también la cultura, historia y paisajes que hacen cada vino especial. Este enfoque en la autenticidad y la sostenibilidad es clave para atraer a los turistas de 2025, dispuestos a pagar más por vivir una experiencia genuina que les permita conectar con la esencia de la región y su vino.

Fuente: Observatorio Vitivinícola Argentino / consultora Veintemillas