La Rem de Aapresid recomienda ciertas prácticas para evitar el ingreso y dispersión de semillas de malezas en el lote.
¿Por qué el control de malezas a cosecha es tan importante? Con el paso de la cosechadora debemos tener en cuenta dos procesos que hacen al control de malezas: por un lado, el ingreso de semillas nuevas al lote y por el otro la dispersión de las semillas provenientes de los individuos sobrevivientes.
Debido a esto hay algunas pautas que deben tenerse en cuenta en la temporada de cosecha:
– Como medida inicial, el monitoreo del lote previo a la cosecha permite ubicar los manchones de malezas más difíciles para tomar medidas necesarias.
– En caso de ser posible, se deben eliminar los manchones detectados previo al paso de la máquina, ya sea de forma manual o con algún método selectivo.
– Otro de los puntos fundamentales es el control de la cosechadora previo al ingreso al lote. Tener en cuenta de dónde proviene la máquina y realizar la limpieza correspondiente es clave en la prevención de ingreso de semillas resistentes desde otras zonas, establecimientos o lotes.
– Al momento de cosechar comenzar por las cabeceras para facilitar el control posterior de malezas en ese sector. Y en el caso de tener lotes más enmalezados, dejarlos para el final de la cosecha.
– Nunca cosechar manchones de malezas problema.
Ingreso de semillas
En el control de adversidades en general, ser precavidos es una sabia medida para evitar futuros dolores de cabeza. En este sentido, la máquina cosechadora es la principal responsable del ingreso de malezas de difícil control provenientes de otras áreas. Especialmente aquellas especies que presentan estructuras del fruto o de la semilla que impiden su separación rápida en los sistemas de limpieza de la máquina.
No son pocos los lotes que presentan manchones de malezas en forma lineal paralelos a las pasadas de la cosechadora en el sector donde ingresó la máquina: una clara señal de que no se cumplieron los protocolos de limpieza preventiva en equipos provenientes de lotes, con alta incidencia de malezas semilladas.
En lo que respecta a la limpieza de la cosechadora, debe llevarse a cabo fuera del lote productivo y en un lugar donde las semillas no puedan germinar, sino donde puedan juntarse y destruirse.
El banco de semillas
En el desarrollo de una población de malezas, el banco de semillas es la principal fuente de reinfestación anual, por lo que evitar su reposición es clave si se quiere disminuir la población. El paso de la cosechadora permite que las semillas de las malezas que han madurado sean diseminadas por el lote y retornen al banco, echando por tierra todo el esfuerzo e inversión en controles químicos realizados durante la campaña.
Pero también puede ser la herramienta de manejo no química más importante para evitarlo.
Países como Australia han desarrollado tecnologías denominadas Harvest Weed Seed Control o HWSC (Control de Semillas de Malezas a Cosecha) para llevar adelante esta tarea. Entre ellas podemos mencionar: hilerado de residuos de la cosechadora, enrollado del rastrojo, colectores de paja o destrucción de semillas.
Todos los métodos se fundamentan en el atributo biológico que poseen las malezas anuales que les permite retener las semillas por encima de la altura de corte de la máquina. Así, pueden ser recolectadas por la cosechadora y distribuidas por la cola de la máquina reabasteciendo el banco de semillas.
Aunque cada uno de ellos difiere en cuanto a su metodología de trabajo, viabilidad y costos, todos han probado su efectividad.
Estas prácticas se crearon como respuestas alternativas a la generación de malezas resistentes, buscando la reducción del banco de semillas del suelo. Cuando se implementan de forma combinada con el uso de herbicidas, pueden llevar a las poblaciones de malezas a niveles bajos. De esta forma se disminuye la presión ejercida sobre los tratamientos químicos utilizados y permite su sostenibilidad en el tiempo.
Más allá del método elegido, el control de semillas a cosecha es una práctica de alto impacto en la población de malezas del lote si es que se lo gestiona en el largo plazo. Sin embargo, estas tecnologías tienen casi nula implementación en nuestro país, lo que pone de relieve la necesidad de generar conocimiento local sobre estos métodos de control para así sumar otra herramienta que ayude a seguir complementando el manejo integrado de malezas.
Limpieza de cosechadora entre cambio de lotes
El objetivo es eliminar el 100 % de las semillas de malezas resistentes antes de ingresar a un nuevo lote.
1) Al finalizar la cosecha de un lote de producción, el personal encargado de la cosechadora debe proceder a la limpieza general de la misma, tratando de que el flujo de aire de la sopladora llegue a todos los órganos de la máquina. Esta limpieza debe realizarse fuera del lote productivo y en un lugar de trabajo donde estas semillas no puedan germinar y generar un problema. El lugar adecuado es el patio de una casa de campo donde luego se pueda juntar y destruir esas simientes.
2) En máquinas convencionales, prestar mucha atención al momento de limpiar la zona de sacapajas, zaranda y zarandón, ya que es donde quedan adheridas muchas semillas de malezas, dado que estas se encuentran en mayor proporción junto al material no grano (paja y granza) que ingresa a la máquina.
3) Es importante destapar y limpiar delicadamente zonas críticas donde se alojan este tipo de semillas, como el sinfín de retorno y de grano limpio.
4) Destapar y limpiar la noria de granos del retorno y de grano limpio.
5) Limpiar minuciosamente el cabezal y toda la zona del embocador.
6) Una vez que se limpiaron con aire a presión los órganos de la máquina, debe ponérsela en funcionamiento en vacío con el cabezal embragado, a las revoluciones de régimen para que las fuerzas de vibración que se produzcan ayuden a expulsar material que haya sido removido durante el proceso de limpieza con flujo de aire (sopladora).
7) Finalizado este proceso, se debe hacer fluir por todos los órganos internos de la cosechadora material seco con mucha hoja que ayude a barrer posibles semillas de malezas que pueden haber quedado ocultas durante el proceso de limpieza inicial.
Se recomienda ingresar un fardo de alfalfa desmenuzado con la cosechadora en funcionamiento, el cabezal y el molinete embragados y las tapas de los sinfines y norias cerradas. El fardo se debe proveer con una horquilla, colocándolo desmenuzado desde ambos extremos del cabezal y en forma continua para producir un flujo de material por los sistemas de trilla, separación y limpieza de la cosechadora.
Por seguridad del operario, debido a que se está trabajando con diversos órganos en movimiento (barra de corte, molinete, sinfín, etc.), el fardo debe colocarse desde la parte posterior del cabezal y con una horquilla. Para que este material sea tragado por la máquina debe colocarse el molinete a altura mínima, lo más cerca posible de la barra de corte sin dañar los dientes y con un régimen de vueltas elevado.
8) Una vez finalizado este proceso donde la máquina ingirió y expulsó material de fibra y hoja proveniente de un fardo utilizado como barredora interna de la cosechadora, se debe repetir todo el proceso de limpieza con sopladora de aire de la máquina (norias y sinfines abiertos) para descartar aquellas semillas y paja que fue removida por el interior de la cosechadora y que pudo no haber sido expulsada con el barrido del fardo.
9) Se debe prestar mucha atención a la limpieza del carro tolva que acompaña a la cosechadora que también puede estar infectado con semillas de malezas resistentes.
10) Al ingresar a un lote destinado a semilla se debe tomar la precaución de descartar los granos de la primer media tolva que se coseche, para asegurar que no se está contaminando estas semillas con la de malezas de lotes anteriores. Una vez descartada la primera media tolva de semillas, se debe sopletear la tolva autodescargable e introducir medio fardo de alfalfa desmenuzado para limpiar las partes difíciles y ciegas de los sinfines.