Desde 1901, Argentina conmemora el Día del Árbol, una iniciativa de Estanislao Zeballos para concientizar sobre la importancia de los bosques.
En nuestro país, desde 1901, cada 29 de agosto se celebra el día del árbol. No es de las conmemoraciones más conocidas, pero ante la problemática ambiental, y en lo particular la deforestación del norte de la Argentina, adquiere cada año mayor relevancia.
La conmemoración fue propuesta por el Dr. Estanislao Zeballos, uno de los más destacados intelectuales (jurista, periodista, político, etc.) de la generación del 80. Los árboles son, como se sabe, los que oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones.
El día del árbol, sin embargo, no fue una creación argentina. Suecia fue el primer país en instituir esa conmemoración, en 1840, y así puso en evidencia su toma de conciencia sobre la importancia que tienen los recursos forestales, el cuidado que debe brindarse a los árboles y sobre la necesidad de fomentar el cuidado del ambiente.
Un problema ambiental y social
El avance de la deforestación en el norte de Argentina se convirtió en una gran problemática ambiental y social. Según el último informe de Greenpeace, durante 2023 se perdieron 126.149 hectáreas de bosques nativos, un 6,2% más que en 2022. A nivel mundial, la organización señaló que se pierde una superficie de bosque similar a la de una cancha de fútbol cada dos segundos.
Y según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre 1998 y 2022 la pérdida de bosques nativos en el país fue de cerca de 7 millones de hectáreas, una superficie similar a la de la provincia de Formosa.
A ese nivel de deforestación, se suma que en los últimos 4 años aumentaron los incendios forestales, y eso agrava las consecuencias del cambio climático, que van desde más inundaciones y desertificación hasta extinción de especies, desalojos de comunidades campesinas e indígenas y aparición de enfermedades.
Aproximadamente el 75% de los desmontes se concentran en cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. Sobre todo, en los bosques del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande de Sudamérica y una de las áreas más ricas en biodiversidad del mundo, con 3.400 especies de plantas, 500 aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios.
El rol de las Climatech
Frente a esta realidad, existen muchos proyectos, de diferente procedencia y especialidad, que apuntan a frenar la deforestación y, a la vez, trabajar por la regeneración de los bosques. Desde la tecnología, las empresas que están pisando cada vez más fuerte para lograrlo son las “Climatech”.
Se trata de empresas, muchas de ellas startups, que utilizan la tecnología, entre otras cosas, para poder mitigar algunas de las consecuencias del cambio climático. El objetivo, concretamente, es la “transformación hacia una sociedad y forma de vida regenerativa, para alcanzar un mundo viable y deseado”.
Si bien cada una tiene su particularidad, cuentan con varios puntos en común: se dedican a identificar zonas que requieren conservación y brindan oportunidades de regeneración, plantan árboles, cuidan que no se deforeste y se financian -entre otras cosas- con la venta de créditos de carbono a empresas que deban compensar la huella de su producción. La tecnología, en los diferentes casos, mediante el uso de blockchain u otras herramientas, juega un rol central.
Conservar el Gran Chaco y las comunidades
Uno de estos casos es el de Nativas, empresa creada en 2022 que apunta a sumarle naturaleza positiva al agro, y que ideó, junto a otras organizaciones del ámbito social y privado, el proyecto Bosque Vinalito, con el objetivo de preservar y regenerar los bosques nativos, esenciales para el ambiente y el desarrollo de las comunidades locales del Gran Chaco.
Además del impacto ambiental, uno de los grandes objetivos de esta propuesta es aportar valor desde la educación y el desarrollo social, ya que las 70 familias que conforman la Cooperativa Fraile Pintado, que son pequeños productores dueños de saberes ancestrales muy preciados, se ven beneficiados por la generación de trabajo, el abordaje de género, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) y otras actividades.
El proyecto incluye la creación de “empleos verdes” con el objetivo de preservar y restaurar el bosque y sus servicios ecosistémicos. Para ello se construyó un invernadero para la producción de especies nativas, con capacidad de producción de 12500 plantines al año. Y, junto a eso, se lleva a cabo la restauración de los bosques, su biodiversidad y aumento de la captura de carbono, que se vende como créditos a las empresas participantes.
Más allá de Bosque Vinalito, Nativas cuenta con otros emprendimientos similares, como el de Cuenca del Ludueña (Rosaro), proyecto Los Tilos, en la localidad de Correa; proyecto Quercus, La Palmina, proyecto Sundt, en Las Rosas; Bosque Conciencia, en El Foyel, Río Negro; y Bosque Las Campanas, en las Sierras del Este, de Uruguay.
A través de estas iniciativas, Nativas les permite a las empresas involucrarse en la acción climática, impulsando proyectos de regeneración de ecosistemas, sin perder el foco y la rentabilidad en su negocio
De la Selva Paranaense al mundo
Otro de los ejemplos es Nideport, una empresa que apunta a la restauración ecológica y la conservación de la biodiversidad, con enfoque en la responsabilidad social. Se dedica a la restauración de bosques que están altamente degradados, involucrando a las comunidades locales en este proceso. El resultado es la certificación de créditos de carbono de alta calidad que representan una mitigación real, adicional y permanente.
Su objetivo es poder restaurar y conservar, a futuro, un total de 45.000.000 de hectáreas. Para ello, ya puso en marcha el Proyecto Selva Paranaense Vida Nativa, que consta de 22.878 hectáreas de bosque atlántico en Misiones, con un total de 2.455.977 toneladas de carbono capturado en la biomasa forestal.
Nideport transformó ese territorio en un entorno digital mediante tecnologías satelitales y drones y, mediante supervisión y control junto a autoridades regionales y locales, previene incendios forestales, intrusiones, caza ilegal y tala descontrolada.
El proyecto está situado cerca de la comunidad indígena de Tekoa Alecrin. La empresa realizó una investigación para entender su cultura y estructura social, de manera de poder respetar sus formas de interacción. En esa línea, implementó una Consulta Previa, Libre e Informada (CPLI) para establecer una relación colaborativa y explorar maneras de mejorar sus condiciones de vida.
Allí mismo se llevaron a cabo inventarios de fauna para identificar diversas especies y poblaciones, priorizando aquellas que contribuyen a formar un hábitat propicio para la prosperidad de la fauna nativa. En esa línea, durante 2023 ya se sumaron 15.000 plantines de especies nativas, cifra que se estará repitiendo en 2024.
Como se puede observar, la mitigación del cambio climático y la búsqueda de preservar la biodiversidad son objetivos que atañen a cada vez más instituciones y empresas. En el Día del árbol, es bueno poder recordar el valor esencial e insustituible de los bosques y a la vez pensar y llevar a cabo alternativas para poder conservarlos y regenerarlos.