La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) brinda datos actualizados y reflexiones sobre la suspensión de exportaciones de carne.
“No es culpa de la carne. Al contrario, la cadena de la carne vacuna para exportar moviliza miles de empleos y vuelve con inversiones a las distintas zonas del país”, aseguran desde FADA y agregan que “es lo opuesto a lo que necesitamos y puede provocar un efecto boomerang, volviéndose en contra desde otro lado, sin llegar a una solución real sostenible.
Para FADA el freno a las exportaciones de carne vacuna no bajará la inflación, porque la inflación no se origina en el precio de la carne, se origina en la emisión monetaria. “No sólo sube el precio de la carne, suben todos los productos y servicios de la economía. No tenemos un problema de precios, tenemos un problema de moneda, cada vez se necesitan más pesos para comprar la misma cantidad de carne, nafta o tomates”, explica David Miazzo, economista jefe FADA.
Natalia Ariño, economista de FADA agrega: “Con la suspensión de las exportaciones de carne de vaca ponemos en riesgo miles de empleos. La cadena de la carne de vaca genera más de 400 mil empleos. El cierre de las exportaciones pone en riesgo a más de 100 mil familias, que son los puestos de trabajo relacionados al circuito de exportación. En un contexto donde la pobreza en Argentina alcanza al 42 % de la población.”
Desde FADA afirman que la medida de frenar las exportaciones de la carne termina en un efecto contrario. La inflación y una menor producción de carne harán que los precios terminen subiendo igual y si bien las intervenciones sobre las exportaciones pueden bajar los precios de la carne en el corto plazo, no lo hará en el mediano plazo. “Es decir, vamos a tener los mismos precios, pero menos producción, empleo, inversión y exportaciones. La cadena de carne bovina genera más 3.000 millones de dólares anuales en exportaciones y 400 mil empleos, de los cuales 100 mil se generan en el circuito de exportación”, sostiene Miazzo.
La mochila de los impuestos
FADA destaca que 1 de cada 4 pesos en un kilo de carne son impuestos. En el kilo de carne se pagan 28 % de impuestos, lo que tiene que ver con cómo la carga de los impuestos va pesando a medida que el producto va pasando por los eslabones de la cadena.
“El cierre de las exportaciones es lo opuesto a lo que necesitamos para salir adelante. El problema de Argentina no es que la carne y otros productos están caros, sino que los argentinos no podemos pagarlos. Venimos perdiendo poder adquisitivo desde el 2018, como consecuencia de la caída de la economía, la inflación y la devaluación. Lo que necesitamos es generar más empleo, actividad económica e inversiones”, sostienen desde FADA.
Por su parte, Nicolle Pisani Claro, economista de FADA, apunta: “Nos alcanza para abastecernos, y a la vez, exportar. En el contexto de la suspensión de exportaciones a la carne, cabe aclarar que, Argentina no cuenta con un problema de abastecimiento al mercado interno. Consumimos, 48 kilos de carne vacuna por persona por año, pero a su vez, exportamos el 29 % de la producción. El problema es el acceso al consumo de carne vacuna, por falta de generación de empleo e ingresos, con pérdida de poder adquisitivo”.