Historia y logros de un programa desarrollado por CREA, Profertil y la Facultad de Agronomía de la UBA.
Con el programa Triguero como antecedente inmediato, en 2005 CREA, Profertil y la Facultad de Agronomía de la UBA pusieron en marcha el convenio Maicero (www.crea.org.ar/maicero) para generar una plataforma que permitiese evaluar la decisión de la dosis de fertilización adecuada del cultivo.
A partir de la experiencia exitosa de Triguero, se conocía el potencial y aplicabilidad del desarrollo de un sistema experto que pueda asistir a los tomadores de decisión en la fertilización y manejo del cultivo de maíz.
Si bien la fertilización nitrogenada ya estaba identificada como uno de los componentes clave de la herramienta, a raíz de la fuerte variabilidad de resultados registrada por el cultivo de maíz –tanto en términos físicos como económicos–, se consideró relevante incorporar al modelo, además del factor climático, la variabilidad espacial de suelos y paisajes.
Así, a partir de los primeros estudios realizados de análisis de información a escala regional, junto con la experimentación a campo, se identificaron dos factores que merecían ser incorporados en la herramienta que se estaba desarrollando: el deterioro de los suelos (influencia negativa) y el aporte de la napa freática en algunas regiones (influencia positiva).
Con el camino recorrido por Triguero (el hermano mayor de Maicero), se capitalizaron y potenciaron los aprendizajes, de manera tal de implementar un proceso de generación de información con experimentación a campo muy efectivo, considerando aspectos relacionados a la estructura y nutrición del cultivo, a la vez que se iban elaborando las bases para luego definir y simular los escenarios adecuados para cada región, incluyendo la calibración y validación del modelo matemático de simulación CERES Maize.
En el sistema de decisión se incorporó la respuesta física (rendimiento) y su variabilidad frente a las principales condiciones de producción de cada región, considerando la variabilidad climática, el nivel de deterioro de los suelos y la presencia de napa. También se incorporó un análisis de la respuesta económica a la aplicación de fertilizantes en el cultivo.
Así, luego de un gran esfuerzo conjunto, nació Maicero, un programa que permite evaluar la decisión de la dosis de fertilización adecuada del cultivo sobre la base de distintos criterios y considerando distintas fuentes de variabilidad.
Funcionalidades
El modelo permite estimar el riesgo asociado a la decisión de manejo por medio de la cuantificación de la respuesta económica marginal esperada y el umbral de fertilización para diferentes escenarios de seguridad.
Una de las grandes virtudes de Maicero radica en que, al considerar el análisis de la respuesta a la fertilización, se pasó de un modelo determinístico a otro probabilístico que contempla la variabilidad climática interanual. Tal posibilidad, junto con los avances predictivos logrados por las ciencias climatológicas, representa en la actualidad un activo importantísimo para eficientizar el uso de fertilizantes y así proteger tanto al ambiente como la salud del negocio agrícola.
Evolución
Una vez lograda la primera versión del programa, años más tarde se actualizó para generar Maicero 2.0, el cual cuenta con una interfaz muy amigable para el usuario, además de ampliar la cobertura geográfica de la herramienta.
En los últimos cinco años del convenio se trabajó fuertemente en la incorporación de la dimensión ambiental al sistema, considerando el impacto de la fertilización de cultivos a través de indicadores como el riesgo de lixiviación de nitrógeno y las emisiones de gases de efecto invernadero.
El programa Maicero se logró gracias al trabajo de cientos de técnicos e investigadores, quienes realizaron numerosos aportes y dejaron su huella desde distintas áreas de conocimiento. La experiencia lograda también dejó una marca imborrable en todos los que participamos de una iniciativa que fue pionera en su momento de gran parte de los desarrollos digitales que aparecerían tiempo después.
Autor: José Micheloud, integrante del Área de Investigación y Desarrollo de CREA, líder del Proyecto Maicero
Fuente: El Tribuno Campo