Hasta el momento se han controlado 80 focos en Córdoba y 275 en La Rioja y Catamarca.
En el marco de la alerta fitosanitaria declarada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se llevó a cabo una evaluación del estado de situación de la plaga, y de las acciones de control y monitoreo desarrolladas en el norte de la provincia de Córdoba y en el límite interprovincial entre Catamarca y La Rioja.
Se recorrieron zonas afectadas y se llevaron reuniones interinstitucionales con la presencia de los secretarios de Agricultura de las provincias, intendentes y productores para analizar el estado de situación y delinear acciones a futuro.
En este contexto, se realizaron encuentros en la localidad de Agua Hedionda, al noroeste de Córdoba, y Telaritos en la provincia de Catamarca al límite con La Rioja.
En este recorrido, técnicos del Senasa informaron sobre el estadio actual de la plaga y su grado de desarrollo y remarcaron que una gran parte de la población se encuentra en estado adulto. Al respecto, Medina informó que “se intensificarán las acciones de control con el objetivo de conseguir que menos langostas lleguen al estadio adulto, donde tienen capacidad para volar y el riesgo de migración y el control de mangas resulta mucho más complejo”.
Por su parte Bilbao celebró la participación activa de los productores y gobiernos locales, destacando la interacción público privada. “Todas las partes están haciendo el máximo esfuerzo para contener la situación que ocurre en varios lugares de Argentina, pero también en otros países de la región”.
Situación de la plaga en la zona
Al momento se controlaron 80 focos en Córdoba en forma articulada con el Ministerio de Bioagroindustria, el INTA, municipios y productores de la zona. En tanto en La Rioja y Catamarca los focos controlados ascienden a 275, trabajando junto con las provincias y municipios, e informantes locales.
En los próximos días la población no controlada llegará a estado adulto, lo que implicará la posible formación de mangas migratorias.
La detección temprana y la realización de los tratamientos de control con productos autorizados por el Senasa son herramientas fundamentales que disminuyen el perjuicio que la plaga puede ocasionar en cultivos, pastizales y flora nativa, así como también la invasión a centros urbanos.