Fernando Matticoli, director comercial del laboratorio CDV, consideró que la importación de vacunas “podría ser una decisión riesgosa a nivel sanitario, productivo y económico”.
Desde el laboratorio CDV expresaron su posición contraria a la importación de vacunas contra la fiebre aftosa.
“En el país hay 3 proveedores de vacunas y dos laboratorios que las producen, compitiendo por precio, participación en el mercado, la fidelidad de los clientes y la entrega de servicios y vacunas de calidad superior” señalaron y agregaron que “referentes técnicos reconocidos a nivel mundial sostienen que, considerando factores como el contexto regional, estudios epidemiológicos, magnitud y amplitud de protección conferida, entre otros, la vacuna antiaftosa debe conservar su composición actual: esto permite garantizar la mayor cobertura de la vacuna y sostener el estatus sanitario que conseguimos luego del brote de aftosa en 2001, que nos dejó hasta 14 años fuera de los mercados internacionales”.
Además, plantearon que “los precios de la vacuna, que cada laboratorio fija para sus clientes, se determinan al inicio de cada campaña teniendo en cuenta costos, volúmenes, situación macroeconómica y otros muchos ítems más, y ese precio queda fijo por toda la campaña, en un país que, hasta ahora, llevaba años de alta inestabilidad e inflación”.
También recordaron que “nuestro laboratorio invirtió 40 millones de dólares en la construcción de su planta productora de vacuna Antiaftosa en 2017 y lleva invertidos 10 millones de dólares más en mejoras y mantenimiento” y agregaron que “la vacuna antiaftosa se produce en plantas de dedicación exclusiva y cumpliendo las más altas exigencias en bioseguridad, que deben operar las 24 horas, los 365 días del año sin poder parar la producción, manipulando cepas virales de alta contagiosidad: las vacunas producidas en Argentina son sometidas, lote a lote, mes a mes, a estrictos controles de eficacia (potencia) y seguridad, debiendo vacunar 17 novillos de raza específica (Hereford), a los cuales se los sangra a los 30 y 60 días, para determinar si estos parámetros de calidad se cumplen (o rechazan el lote), siendo una de las pruebas más exigentes a nivel mundial”.
Finalmente, en declaraciones al programa “Claves del Campo” de AM840 Radio Salta, Fernando Matticoli, director comercial de CDV, consideró que “un brote de aftosa pondría al país, una vez más, fuera de todos los mercados de exportación, donde se destina más del 35% de la producción cárnica del país y podría ocasionar caídas de hasta 3 mil millones de dólares en exportaciones anuales” y concluyó que “el país cuenta con oferta y producción suficiente de vacuna para atender todas las campañas, teniendo ya producidas las dosis de las próximas dos campañas, asegurando un abastecimiento de calidad: no hay riesgo sanitario ni de abastecimiento, importar vacunas de otros países con composición antigénica diferente a las requeridas por la regulación vigente, sin un adecuado aval técnico científico previo, ni controles sanitarios y normativos, en especial de potencia (eficacia), podría ser una decisión riesgosa a nivel sanitario, productivo y económico”.