En medio de una ola de delitos rurales en Salta, al productor Martín Fico le robaron en su finca en el departamento San Martín; pide ayuda al gobierno nacional.
La ola de inseguridad rural que viven los productores en el norte de la provincia de Salta se parece a un cuento de terror de nunca acabar. Abigeatos, carneadas en los propios establecimientos, robos de implementos agrícolas y agroquímicos, algunos a mano armada, son muchos de los delitos reiterados que sufre la gente en sus campos de un tiempo hasta esta parte. Ahora le tocó padecerlo a Martín Fico, que el martes por la madrugada en su finca La Leonera, sobre la ruta nacional 81, cerca de la localidad de Hickmann, en el departamento San Martín, le entraron a robar.
Según describió, pasada la medianoche, los dos peones que trabajan en el campo fueron sorprendidos por un grupo de individuos que llegaron armados y los maniataron. Y, mientras el resto de la banda se ocupaba de cargar los agroquímicos del galpón en las dos camionetas, otro los vigilaba para que no se escaparan. “Como había tormenta, la luz estaba cortada, por lo que los sorprendieron, los redujeron y los tiraron al piso boca abajo. Y se llevaron agroquímicos por un valor de $12 millones”, dijo a LA NACION.
Fico es de Río Cuarto y, por un proyecto agropecuario hace 12 años se mudó a esa provincia, donde desarrolla principalmente un emprendimiento ganadero. Hace algo de agricultura, maíz en particular, pero solo en función de hacer silo para suplementar a su hacienda. Vive en Salta capital y normalmente viaja 340 kilómetros todas las semanas a recorrer el establecimiento por el término de cuatro días. Fue él mismo quien se encargó de trasladar la semana anterior los productos de la ciudad hasta el campo.
“Antes de retirarse, les robaron los celulares, plata a la gente y les cortaron las cuatro cubiertas de la camioneta que tienen para movilizarse para que no puedan perseguirlos ni dar aviso a la policía”, contó.
Alrededor de las dos de la madrugada cuando el encargado del campo logró desatarse y liberarse fue hasta un campo vecino para comunicarse con la policía y con su patrón: “Enseguida, en un grupo de WhatsApp que tenemos con varios productores de la zona para avisar sobre temas de inseguridad puse en alerta lo que me había pasado y si alguien había visto algo sospechoso por el lugar”.
Con el correr de los minutos, a través de ese chat le iban informando que habían visto movimientos de camionetas muy extraños en determinados caminos rurales. Incluso que habían encontrado una camioneta encajada, con personas sospechosas. Otro encargado había visto bidones de agroquímicos tirados a la vera del camino. “Nos mandan fotos y eran los agroquímicos que nos habían robado a nosotros. Con toda esa información doy aviso a la brigada de investigaciones de Embarcación por un lado y al comisario del pueblo por otro y le paso el punto geoposicionado y la patente de unos de los vehículos para que acudan al lugar. Nada hubiera avanzado y encontrado sin la ayuda de los productores que no solo dijeron el lugar donde estaba lo robado y la camioneta, sino que pusieron sustractores para permitir que la policía acceda al lugar”, señaló.
Según contó, a pesar de tener toda la información desde temprano, las fuerzas tardaron “una barbaridad” para llegar al lugar. “Yo les había avisado al mediodía y recién a las 18 horas llegaron, cuando se debe tardar más de una hora y media. Fue insólito que, teniendo toda esa información a las 13, seguían perdiendo tiempo valioso para encontrar a los delincuentes. Parecía que estaban dilatando la situación a más no poder. Sinceramente, en este chat de productores del norte hemos perdido la cuenta en cuantos episodios de este tipo ya han habido y que ninguno se esclarece. En este tuvimos la suerte de que la tormenta de la noche los deje inmovilizados y empantanados a los dos vehículos que habían participado. Primero buscaron sacar peso y tiraron los agroquímicos, pero solo avanzaron unos metros y una camioneta se volvió a encajar”, continuó en su relato.
En este escenario, llegó la policía y logró detener a dos personas que tenían en sus teléfonos fotografías de agroquímicos: “Como las explicaciones era muy vagas de qué hacían ahí y por qué tenían fotografías de los agroquímicos en sus celulares los detienen y los trasladan a Tartagal”.
Fico detalló que se logró recuperar algo de la mercadería (aun en el destacamento policial), pero estimó que el resto debe estar escondida en el monte, donde está muy difícil acceder por la intransitabilidad de los caminos rurales y que todavía no se ha encontrado nada. Tampoco se ha dado con el segundo vehículo, ni con los otros participantes del ilícito que aún están prófugos.
Fico pidió que el Gobierno intervenga con las fuerzas federales para tratar de solucionar un problema de inseguridad enorme que se atraviesa en la región, “donde los funcionarios provinciales reciben y escuchan a las entidades, pero luego todo queda en la nada y la situación sigue igual o peor”.
“Que el presidente Milei intervenga con las fuerzas federales y que venga la Gendarmería que tienen drones de alta tecnología que podrían resolver los casos de inseguridad. Son delitos federales porque en su mayoría estos productos terminan cruzando a Bolivia. Es muy difícil de otra manera. Es una mezcla de factores: inoperancia, falta de recursos, complicidad, falta de interés y de compromiso político en un gran entramado de corrupción”, cerró.
Por: Mariana Reinke
Fuente: La Nación