La AgTech SIMA analizó cuáles son los principales factores que impulsan a los buenos rindes que se esperan para el cereal, que podría alcanzar las 59 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
La campaña de maíz 2023/24 comenzó con algunos traspiés. Las tan esperadas lluvias de principios de primavera se hicieron rogar y no llegaron oportunamente para las primeras implantaciones, ocasionando demoras e interrupciones en el arranque de los maíces tempranos.
Sin embargo, en noviembre y diciembre fueron cubriendo un manto de esperanza sobre la gruesa con lluvias de relativa periodicidad y buenos volúmenes, que permitieron recargar los perfiles de a poco y mejorar los mapas de reservas de humedad del suelo, según analizó un informe del Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola (SIMA), que abarca más de 8,3 millones de hectáreas en 8 países de Latinoamérica.
Bajo el escenario actual se podría pensar en la concreción de intención de siembra de 10,4 millones de hectáreas estimadas, según datos de la Secretaría de Agricultura citados por SIMA, de las cuales 7 millones serían con destino a grano comercial.
En este contexto, además, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó que se podría alcanzar un histórico récord de 59 millones de toneladas, un 64% más que el año pasado.
El maíz en las últimas 3 “Niñas”
Bien sabido es que el país estuvo atravesado por el fenómeno “La Niña” por tercer año consecutivo; un evento de sequía que impactó severamente en las cosechas y en toda la economía del sector en general.
No obstante, analizando la información de SIMA Data collection, se pueden ver algunos aciertos en el manejo productivo. Tal es así que, en función de los resultados de las últimas 3 campañas, se pueden observar dos picos de siembra bien marcados, el primero en la segunda quincena de septiembre y el segundo a principios de diciembre.
Sin embargo, lo sorprendente es que los mejores rendimientos se dieron en aquellos maíces sembrados en octubre, que coinciden con el mes de menores siembras reportadas por los usuarios de la plataforma.
Esto puede asumir la necesidad de abarcar una mayor serie de campañas para el análisis, pero también podría indicar uno de los momentos de repunte de precipitaciones primaverales y recupero de las condiciones del cultivo previo al período crítico.
Para estos años, las medianas de rindes fueron de 8.800 kilos por hectárea para la campaña 2020/21; de 7.500 kilos para la 2021/22 y finalmente unos 5.700 kilos para la 2022/23, representando claramente las condiciones de sequía que tuvieron que sortear y los rendimientos obtenidos muy por debajo de los potenciales.
Las lluvias traen alivio para este año
Esta campaña gruesa 2024 viene a romper con lo ocurrido en los últimos 3 años. De acuerdo con los modelos estadísticos, en promedio, las condiciones de “El Niño” persistirían hasta al menos inicios del otoño.
De esta forma, las precipitaciones registradas durante noviembre y diciembre afirman esta tendencia y avizoran la continuidad de recargas hídricas para toda la región agrícola.
Tal es así que el centro y norte de Santa Fe, Corrientes, centro y norte de Entre Ríos y también en la zona costera del sur de Buenos Aires alcanzaron reservas adecuadas a óptimas y se mantendrían así considerando el pronóstico cercano.
Este panorama pone a los maíces en condiciones de “excelente a buena”, que superan en más de un 20% a la campaña pasada a la misma fecha; y asimismo se estima que el porcentaje de cultivos en condición “mala” se redujo a un 1%.
Esta situación, sumada a las tendencias climáticas para el verano en pleno período crítico de la gramínea, permitiría proyectar buenos rindes finales.
Aun así, aún queda un margen de superficie por sembrar y un largo partido por delante por jugar.