La suba de las retenciones para distintos productos de las economías regionales pone en peligro su subsistencia sin dejar beneficios para el Estado.
Un documento de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) da cuenta que el proyecto de ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos propone un aumento de los derechos de exportación para muchos productos agropecuarios y de economías regionales y que este nuevo esquema introduce nuevas distorsiones y generará problemas para los productores, menor inversión, menor empleo y más concentración de la producción.
La entidad realizó un análisis del costo-beneficio de los derechos de exportación que indica que, para muchas actividades productivas, en particular en las economías regionales, esta nueva presión tributaria perjudica notoriamente a los productores, y el beneficio a obtener por el fisco nacional es escaso.
Entre los casos más complicados están los vinos, el algodón, la carne ovina, el aceite esencial de limón, el tabaco, la cadena forestal, la cadena avícola, la cadena porcina, la floricultura, la mandioca, las aromáticas y especias. A esto se suman otras producciones regionales menores, como la chía, el sésamo, el poroto mung, el cártamo y el maíz pisingallo.
“El problema de los derechos de exportación lleva larga data, y la persistencia del impuesto es una apropiación adicional del Estado Nacional sobre la facturación de los productores, que son quienes soportan el impuesto pues los exportadores lo trasladan al precio interno final pagado. Es imprescindible eliminar las “retenciones”, impuestos que no se cobran en casi ningún país del mundo. Esta oposición tajante a los derechos de exportación la hemos mantenido desde su primera imposición y es una premisa irrenunciable en defensa de la producción que mantendremos sin importar el signo político de quien gobierne”, manifiesta CRA.
Vinos
En el caso de los vinos, CRA detalla que la alícuota de derechos de exportación propuesta pasa de 5 % a 8 % y que, de cara a 2024, el mercado interno de los vinos sufrirá una fuerte caída de ventas por caída del poder de compra del salario, por el alza abrupta de la inflación, en medio del proceso de normalización de precios relativos comenzado desde el 11 de diciembre.
El documento agrega que, por otra parte, a priori se espera una mayor cosecha, en un contexto importante de stocks, o sea habrá mayor oferta de vinos. “En ese escenario, es clave la salida exportadora. Para los vinos varietales, en principio, el nuevo tipo de cambio ofrece mejores perspectivas. Pero en un sector que tendría exceso de oferta por caída del mercado interno, aumentar los derechos de exportación, y no llevarlos a 0 % será un golpe adicional sobre la rentabilidad de la cadena, tanto bodegas como productores, que son quienes cargarán con el costo mayor del problema”, explica.
“Una posible recaudación por derechos de exportación del orden de US$ 80 millones en 2024 no tiene impacto fuerte en las finanzas públicas, y sí lo tendrá en la rentabilidad de la producción”, aseguran desde CRA.
Producciones del NOA
El caso de las semillas, como la chía, el cártamo, el sésamo, el poroto mung o el pisingallo presentan otros tipos de problemas, porque ante la introducción de derechos de exportación, el impacto negativo sobre productores de Salta, Jujuy, Tucumán y Chaco sería enorme, y el beneficio para el Estado es mínimo.
Según CRA, y en base a información aportada por Prograno, las exportaciones anuales de chía, semilla producida en provincias del NOA rondan los US$ 5 millones. La chía nunca tuvo derechos de exportación hasta ahora y, súbitamente, pasaría a pagar una alícuota de 15 %. Esto implicaría para el Estado una recaudación de algo menos de US$ 769.500. Para los productores de chía los derechos de exportación implican una baja de rentabilidad de 33 %, considerando además el mayor costo por herbicidas, fertilizantes y otros costos por la aplicación del Impuesto País sobre las importaciones.
“Debe tenerse en cuenta que durante los últimos 20 años la producción de cártamo en el NOA ha sido una de las pocas alternativas económicamente rentables en invierno dada su baja necesidad hídrica. Es un cultivo 100 % regional, concentrado principalmente en la provincia de Salta, a una distancia de 1.300 km de los puertos donde se exporta. Todo lo que se produce se exporta como aceite, generando ingresos genuinos de divisas sin afectar el consumo interno. El aceite que se exporta genera entre US$ 5 a 10 millones anuales”, informa el documento.
Para CRA, la implementación de retenciones al 15 % provoca un duro golpe a este cultivo. El impacto en los magros márgenes, que equivaldrían a una baja de ingresos directos al productor de aproximadamente 60 US$/t, llevarían a su reducción o discontinuidad de este cultivo regional, afectando la contratación de servicios, generación de empleo y mano de obra, mayor demanda de insumos.
“Los daños hacia productores regionales del norte del país y el valor agregado que generan superarían los ingresos poco significativos que el Estado pudiera percibir. En resumen, la relación costo-beneficio de esta política es altamente desfavorable, y provocaría una falta de incentivo para su siembra”, dice CRA y agrega que en los últimos 20 años la producción de cártamo en el NOA ha sido una de las pocas alternativas económicamente rentable en invierno dada su baja necesidad hídrica, que además se utiliza como cobertura, evitando la erosión y la propagación de malezas, bajando la necesidad del uso de costosos herbicidas en los cultivos siguientes.
El caso del sésamo presenta similitudes con los anteriores. Durante los últimos 10 años, la producción y exportación de sésamo ha dado una alternativa económicamente rentable a campos y zonas marginales del noroeste argentino. Al ser un cultivo que precisa menos aptitudes agronómicas que la soja/maíz, ha logrado que varios campos en desuso pasen a ser productivos y rentables con todo lo que ello implica: contratación de servicios, generación de empleo y mano de obra, mayor demanda de insumos y el ingreso de dólares genuinos por exportación dado que la mayoría del volumen producido se exporta.
La implementación de las retenciones, del 0 % del 15 %, representa un doble golpe devastador para los productores de sésamo. Por un lado se reduce un 15 % el ingreso directo al productor, por otro suben un 15% la mayoría de los costos de producción y exportación al elevar el tipo de cambio de herbicidas, fertilizantes y costos de fobbeo (dólar importación), con lo cual se genera una baja real en la rentabilidad por más del 35 % y perdidas en el orden del 15 % de la inversión directa.
Con esta medida, los productores nacionales se colocan en una posición de pésima competitividad en comparación con sus contrapartes regionales en Brasil, Bolivia y Paraguay, en donde no hay cotizaciones para el dólar y en donde no existen derechos de exportación.
Para el Estado, la precepción de esta alícuota no es significativa, ya que si se considera que en el periodo nov/22 a nov/23 se exportaron 8.500 toneladas de sésamo a un valor FOB promedio de 1.150 US$/t hubiera implicado una recaudación por DEX de menos de US$ 1.500.000, un monto insignificante si se considera que de efectivamente aplicarse derechos de exportación al sésamo podrían dejarse de producirse más de 19.000 hectáreas en el norte argentino.
Cadena del limón
La Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa) también expresó su preocupación por la alícuota del 15 %, de la que estaba exenta, que afectará a la fruta fresca de limón y sus subproductos industriales: aceite esencial, jugo concentrado y cáscara deshidratada.
“Atravesamos en la actualidad una crisis que amenaza la subsistencia de nuestro clúster productivo que es modelo de integración y agregado de valor en origen y del cual dependen más de 50.000 puestos de trabajo directos y otros tanto en actividades vinculadas, como así también el 56 % de los ingresos por divisas de la provincia de Tucumán. A modo ilustrativo, más de 12.000 hectáreas plantadas con limón han sido redestinadas a otros cultivos desde 2019 y empresas líderes del sector están reformulando sus modelos de negocios para limitar su exposición a esta crisis”, argumentan desde Acnoa, y agregan que factores externos e internos son la causa de esta crisis sectorial, que ha llevado a declaraciones de emergencia productiva en las provincias del NOA, por parte de los gobiernos nacional y provinciales.
“La imposición de un DEX del 15 % a nuestros productos, sumado a un incremento del costo de los insumos que necesitamos importar (por efecto de la devaluación y de la suba del Impuesto País), no sólo licuarán los beneficios de un mejor tipo de cambio, sino que impactarán negativamente en nuestra competitividad internacional. Eso redundará en menos exportaciones, menos divisas para nuestro país y en la consecuente caída en la rentabilidad de nuestras empresas y productores”, sostiene Acnoa y hace un llamado a “que las autoridades reconsideren el tratamiento a dar a nuestro sector y nos ponemos a su entera disposición para evaluar el impacto económico de esta medida tan perjudicial y discriminatoria para la cadena productiva del limón y subproductos industriales del NOA”.
Carne ovina
En el caso de la carne ovina, el 85 % de la exportación proviene de la Patagonia. Los derechos de exportación de 5 % fueron bajados a 0 % en 2022 y con la abrupta suba a 15 %, en un contexto de precios internacionales al 50 % de su valor de años previos, limita toda posibilidad de exportar en 2024.
“El beneficio para el fisco sería de entre 1,5 a 2 millones de dólares anuales, una cifra insignificante para el Estado, pero determinante para una producción de 2.000 productores proveedores de la exportación. Se le estaría quitando entre $ 500.000 y $ 800.000 a cada productor, afectando seriamente la actividad”, sostiene CRA.
Fuente: El Tribuno Campo