Un reciente informe de Rosgan arroja luz sobre la situación actual del sector agropecuario y también destaca una preocupante tendencia que comparte con otros países.
A días de la asunción del nuevo gobierno, un reciente informe de Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario arroja luz no solo sobre la situación actual del sector, sino que también destaca una preocupante tendencia que comparte con otros países, como Ucrania.
El informe de Rosgan muestra que Argentina se encuentra en un grupo de naciones donde las políticas gubernamentales imponen impuestos y restricciones que recortan los ingresos de los productores agropecuarios, limitando su capacidad de reinversión. Medido en términos de los ingresos percibidos por el productor agropecuario, estas “transferencias” representan un 13% de los ingresos en Argentina. Esta cifra es preocupante por sí misma, pero se vuelve aún más inquietante cuando se compara con la situación en otros países.
Por ejemplo, en países como Brasil, los productores reciben ayudas gubernamentales que, en lugar de extraer recursos, mejoran sus ingresos en alrededor de un 4%. Estados Unidos, por su parte, actualmente otorga tasas de ayuda que llegan al 7%, mientras que en la Unión Europea, las ayudas alcanzan alrededor del 15% de los ingresos totales del productor. En algunos países asiáticos, estas contribuciones superan incluso el 40% de los ingresos de los productores agropecuarios.
Argentina comparte esta preocupante tendencia con Ucrania y otros países, donde los gobiernos han optado por políticas que resultan en transferencias netas de ingresos del productor al estado. Aunque las circunstancias pueden variar, esta coincidencia pone de relieve la importancia de abordar los desafíos que enfrenta el sector agropecuario en el contexto de un cambio de gobierno.
A medida que Argentina se prepara para un nuevo capítulo político, Rosgan señala que resulta esencial considerar políticas que promuevan la competitividad y la sostenibilidad a largo plazo en el sector agropecuario. Si bien no hay soluciones simples, la necesidad de un cambio en la dirección actual es innegable.
El mercado aguarda con ansias señales de un nuevo rumbo. Aunque es probable que las medidas para ordenar y desregular la economía sean desafiantes en el corto plazo, se consideran esenciales para crear un escenario futuro que permita aprovechar plenamente el potencial del sector agropecuario. Además, definir un modelo de país que refleje las tendencias agrícolas a nivel mundial es crucial para tomar decisiones informadas que beneficien a todos los actores de la industria agropecuaria.