Las prácticas agrícolas conservacionistas y los créditos de carbono emergen como una herramienta crucial en la lucha global contra el cambio climático.
La creciente preocupación de la sociedad por el cambio climático está impulsando a las empresas agropecuarias hacia el cálculo de la propia huella de carbono, herramienta que permite premiar a quienes contribuyen a la mitigación con buenas prácticas agrícolas, e incluso esto abre la oportunidad de generar créditos transaccionales dentro de los Mercados Voluntarios de Carbono (C). Pero ¿en qué consisten estos mercados? ¿Puede Argentina acceder a ellos?
Funcionamiento del Mercado de Carbono en el mundo: el Mercado voluntario de C opera gracias a empresas que buscan reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Como no se puede reducir completamente la emisión de GEI, compran créditos de carbono a aquellos que generan reducciones de emisiones adicionales.
Los mercados voluntarios son impulsados por empresas que optan por comprar créditos de carbono para demostrar su compromiso ambiental. Los mercados regulados, en cambio, se basan en acuerdos internacionales y regulaciones gubernamentales, como el Sistema de Comercialización de Emisiones de la Unión Europea.
Los productores agrícolas que pueden secuestrar C tienen la oportunidad de acceder a estos créditos. El proceso se basa en el cumplimiento de estándares (que pueden ser variables según cada país) y la verificación por un ente específico. En Australia, por ejemplo, quien certifica el secuestro de C es una entidad gubernamental, o bien empresas intermediarias que facilitan el registro y venta de créditos de C, explica Matías Mihura, Carbon Officer en Loam Bio, una empresa global que combina productos biológicos con proyectos de C.
Para esto, cuenta Mihura, luego de medir el Carbono Orgánico en Suelo (COS) al año 0 y cuantificación de emisiones, desarrollan estrategias de manejo para promover el secuestro de C. Tras varios años, se vuelve a medir, y en caso de aumentar el stock se generan los créditos. Estos pueden ser vendidos de forma inmediata, o retenerlos y esperar aumentos de precio.
El uso de metodologías homologadas a nivel internacional es un desafío en el mercado de C. En el futuro, además del muestreo de suelos podrían utilizarse otros métodos de medición de C más precisos basados en imágenes satelitales o inteligencia artificial. Este mayor nivel de detalle repercutiría en un mejor precio, de hasta US$ 60 por cada tn de CO2 secuestrado, adelanta.
Un caso estratégico
Argentina tiene una gran oportunidad para liderar el secuestro de C en el suelo y por lo tanto un alto potencial para abastecer gran parte de la demanda mundial de créditos de C en el mercado voluntario. Un caso modelo es el del proyecto “Buenas prácticas agrícolas y secuestro de Carbono” que lleva adelante la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) junto a Fundación Proyungas y Moisés Bertoni en el Gran Chaco.
Esta iniciativa busca fomentar acciones fuertemente vinculadas a la captura de C y mitigación del cambio climático, como lo son las prácticas agrícolas sustentables y la conservación de la biodiversidad de la masa forestal nativa.
Para ello, este proyecto que abarca alrededor de 150.000 ha en 5 sitios piloto, mide el C tanto en áreas agrícolas como silvestres y realiza inventarios forestales y monitoreo de biodiversidad para comprender mejor el impacto de las prácticas agrícolas, explica Florencia Moresco, Coordinadora Técnica del proyecto por parte de Aapresid.
En esta línea, se está trabajando en el cálculo de la Huella de Carbono de las fincas piloto. La información sobre el impacto de una empresa en el carbono atmosférico secuestrado puede ser utilizada por las empresas para la planeación estratégica (por ejemplo, pensar en mercados voluntarios de C), la transparencia de la actividad y para identificar oportunidades de mejora en el perfil de GEI de la empresa.
En el sector agrícola se genera un servicio de captura de CO2 que puede convertirse en una ventaja competitiva en el panorama actual de exigencia de esfuerzos para la mitigación del cambio climático.
“Para Aapresid trabajar en carbono es fundamental, nuestro espíritu siempre fue producir llevando la sustentabilidad como bandera, y en esta línea creemos que es clave ajustar nuestros sistemas de producción para obtener la mayor captura de carbono en los suelos y la menor emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera. Estamos convencidos de que el sector productivo, además de ser el motor económico de la región, debe ser un actor central en la conservación de la biodiversidad y de los bienes y servicios que ofrece la naturaleza”, concluye Moresco.
Capturar más C
En un trabajo conjunto con los productores del Gran Chaco, el proyecto promueve la adopción de prácticas agrícolas que maximicen el secuestro de C en el suelo, como la siembra directa continua, la incorporación de mayor porcentaje de gramíneas en la rotación de cultivos, el uso de cultivos de servicios y la gestión estratégica de la fertilización.
“El futuro de los mercados voluntarios de C será cada vez más relevante y contribuirá a un mundo más sostenible. En esta transformación, la agricultura desempeña un papel fundamental al ofrecer la oportunidad de secuestrar C a través de prácticas sustentables y conservacionistas”, concluye Mihura.
Fuente: Aapresid