Fertilizar AC dio a conocer las expectativas para la actual campaña del cereal, apuntando a lograr un manejo de alto rendimiento para potenciar la soja de segunda y maximizar los márgenes.
Con la presentación de sus nuevas autoridades, Fertilizar Asociación Civil dio a conocer los números de la campaña de trigo 2021/22, para la cual recomienda un manejo eficiente de la fertilización en un contexto con buenos perfiles de humedad a la siembra y con una relación insumo -producto más ajustada respecto del año pasado, pero favorable en el contexto actual de precios futuro del cereal.
Previo a entrar en la campaña de trigo, la gerente ejecutiva de la entidad, María Fernanda González Sanjuan, anunció la realización del Simposio Fertilidad 2021, encuentro que en esta oportunidad se realizará durante 3 jornadas en formato virtual: los miércoles 12 y 19 de mayo y 2 de junio. Además, presentó a las nuevas autoridades de la asociación, encabezadas por el ingeniero agrónomo Francisco Llambías como presidente y los ingenieros agrónomos Roberto Rotondaro y Jorge Bassi como vicepresidentes.
El nuevo presidente, Francisco Llambías, destacó el nivel récord en el uso de fertilizantes alcanzado en 2020, que fue de 5,286 millones de toneladas (Mt), que implicaron un 13 % de aumento respecto a las 4,7 Mt de 2019. El crecimiento se compone con 11 % más en el uso de nitrogenados, 15 % en fosfatos, 4 % en sulfatados y 38 % en potásicos.
Llambías puntualizó que tal resultado se dio en un escenario en el cual el precio del trigo arrancó “barato”, pero cerró el año cerca de los 200 dólares la tonelada, mientras que los precios de los fertilizantes se mantuvieron en bajos valores relativos. “Hubo una buena relación insumo-producto la campaña pasada”.
Comparando el 2020 con el 2014, otro año en el que se registraron buenos precios, Llambías describió que en 6 campañas hubo un aumento del 70 % en el volumen de fertilizantes (95 % más de uso de nitrogenados, 56 % en fosfatados y 53 % en azufrados). “Fue por una mejora en el manejo agronómico y en el uso de la tecnología de fertilización”, enfatizó. En estos años se dieron cambios en el esquema de los cultivos, con trigo y maíz ganando superficie (57 % y 54 % más, respectivamente) y soja en retroceso. “Cuando es mayor la proporción de gramíneas versus las oleaginosas, aumenta la demanda de fertilizantes”, graficó.
El presidente de Fertilizar AC reforzó que por esa nueva relación de cultivos “se incrementó un 31 % el área fertilizada y un 68 % las dosis”.
Campaña trigo 2021-22
A su turno, el actual vicepresidente 2° de Fertilizar AC, Jorge Bassi, hizo la proyección de la entidad para la campaña de trigo que inicia en mayo y anticipa “buenos precios de trigo” y un nivel óptimo de humedad del suelo a la siembra. “La humedad de los suelos a la siembra tiene un enorme impacto en la estabilidad de rendimientos en trigo, ya que el primer ciclo del cultivo se desarrolla en los meses normalmente más secos del año”, dijo.
Bassi mostró que, tomando un valor del trigo puesto en campo a cierre de marzo, la relación insumo-producto (1 kg de trigo/1 kg de fertilizantes) se ubica hoy en 3,6 en el caso de la urea y en 4,4 en fosfato diamónico. “Es una relación que permite fertilizar con buena rentabilidad, pero que refuerza la necesidad de trabajar bien los diagnósticos por lote y ambiente para lograr el mejor retorno económico”, comentó.
En sus redes de ensayos, Fertilizar AC trabaja con 4 tratamientos de fertilización en lotes de productor. Un tratamiento sin fertilizar, uno con un manejo frecuente (que representa el manejo de los productores), otro con una recomendación de fertilización media, y uno completo para lograr alto rendimiento. El resultado en el ‘alto rendimiento’ fue de 4.500 kilos/ha, 895 kilos superiores al ‘manejo de los productores’ que “esta diferencia es la brecha de rendimiento que podemos lograr si manejamos mejor la nutrición”.
Además, Bassi remarcó que aplicando un alto nivel de fertilizantes en el trigo “quedan nutrientes para la soja de segunda”; eso permitió alcanzar casi 400 kg/ha adicionales en la cosecha de la oleaginosa. “En un esquema trigo-soja, se aumenta la inversión por hectárea, pero se logra un aumento del margen bruto con una muy buena rentabilidad”, puntualizó, y agregó: “Es una tecnología que también permite mejorar el balance de nutrientes porque estamos dejando una parte del fósforo para reponer en el suelo”.
Por último, se repasaron algunos puntos para tener en cuenta en la fertilización:
– Fósforo: partir de un análisis de suelo y revisar las dosis por ambiente. Tener en cuenta los requerimientos de soja de segunda o repetir la aplicación al sembrar la leguminosa.
– Nitrógeno: ajustar dosis según la expectativa de cosecha, utilizando los diversos modelos de recomendación y reconociendo las características de las diferentes variedades sembradas.
– Azufre: hacer aportes consistentes con aplicaciones de al menos 10 kg/ha.
– Zinc: tener en cuenta este nutriente al tomar el análisis de suelo. Con valores menores al umbral, el trigo presenta respuestas consistentes.
– Potasio: en la región del Litoral debemos contemplar también la disponibilidad de este nutriente.
Finalmente, el vicepresidente 1° de Fertilizar AC, Roberto Rotondaro, aportó que “en una gramínea como el trigo, conocer la dotación de nutrientes es fundamental”, por lo cual aconsejó hacer análisis por lote para hacer un uso más eficiente de nitrógeno y potenciar las respuestas de fósforo.
En este sentido, Rotondaro ponderó que el análisis de suelo es una práctica que viene creciendo. “Hoy, más de 20 % de productores encuestados lo hace; cuando hace 4 o 5 campañas no llegaban a 15 %”.