La BCR apuesta fuerte por la tecnología alimentaria. La inversión en BCRlabs no solo impulsa su competitividad en el mercado global, sino que fortalece su posición como entidad líder en el sector agroindustrial.
En un audaz paso hacia la modernización y fortalecimiento de sus capacidades, la Bolsa de Comercio de Rosario concretó un salto cualitativo al invertir en tecnología de punta para su laboratorio. Esta ambiciosa iniciativa, que abarca recursos por más de 2 millones de dólares, busca potenciar la exportación de alimentos, asegurando que los productos que salen del país cumplan con los más altos estándares de calidad y regulación internacional. El desembolso también favorece al mercado interno.
Desde junio de 2022, la Bolsa ha destinado recursos significativos en equipamiento, infraestructura y previsión de recursos humanos. Esta inversión no solo demuestra un compromiso firme con la excelencia en la regulación alimentaria, sino que también apunta a posicionar a BCRlabs -el laboratorio de la Bolsa de Rosario- como un referente líder en el sector.
El año pasado marcó un hito en esta transformación, con la adquisición de equipos de vanguardia destinados a reforzar el nuevo laboratorio, hoy instalado en la sede de la Universidad Católica Argentina (UCA). Los mismos permitirán el análisis de muestras de origen animal, un aspecto crucial en la garantía de la calidad y seguridad de los alimentos.
En sintonía con las demandas del mercado internacional y las regulaciones que rigen la exportación de alimentos, la Bolsa de Comercio de Rosario no detuvo allí los desembolsos. El año 2023 trajo consigo nuevos avances, ya que se están adquiriendo equipos específicos para analizar muestras de origen vegetal y alimentos. Entre estas adquisiciones, destaca un cromatógrafo líquido acoplado con detector de espectrometría de masas (HPLC MSMS) y un equipo de espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente (ICP MS). Estos equipos de última generación permiten determinar con alta sensibilidad la presencia de sustancias químicas, incluyendo residuos de plaguicidas y metales en una amplia variedad de muestras.
Es importante resaltar que esta inversión no solo se traduce en tecnología de punta, sino también en la garantía de la calidad. Los equipos adquiridos son equiparables en calidad y sensibilidad a los utilizados en los laboratorios de control de los países de destino de los productos exportados. Esto no solo asegura la competitividad en los mercados internacionales, sino que también refuerza la confianza de los consumidores en la procedencia y calidad de los alimentos argentinos.