En el Pabellón Ocre de la Expo Rural 23, se generó un espacio lechero de la raza Holando Argentino, donde se realizan ordeños todos los días con cuatro vacas en el sistema tradicional, además de un alimentador automático para ocho terneros.
Las vacas el tambo demostrativo proceden de un tambo de la zona de Tandil, propiedad de Jorge González; y la productora Inés Marré, de la zona de General Las Heras, donó un grupo de terneros que están expuestos en las guacheras para mostrar cómo se los cría en el campo.
“La idea es mostrarle a la gente lo que es la raza Holando Argentino y de dónde salen la leche y los productos lácteos. La intención es que la gente que visita la Expo pueda ver lo que hacemos los 365 días del año”, contó Leonardo García, uno de los encargados de la actividad en Palermo, y añadió: “Estamos mostrando el ordeñe mecánico con una máquina de una sola bajada, mandamos la leche a los tarros y la vaca come mientras la ordeñamos”.
La lechería del futuro
Entre las charlas informativas y de capacitación, Alfredo Castro, director de ST Genetics para América Latina, centró su disertación “La lechería del futuro” en estadísticas del crecimiento genético de la raza a través de los años en cuanto a las características de leche, grasa, proteína y los índices genéticos, para luego hacer una correlación de esos datos con lo que está pasando en Argentina con estos resultados genómicos.
Además, hizo la presentación de un ranking de 10 mil animales genotipados, de donde seleccionaron a las seis mejores hembras en Argentina para cada característica: las mejores seis en lechería, en grasas, en proteínas, entre otras características del producto.
Bienestar animal
“La lechería se va concentrando más, los rodeos son cada vez más grandes, las producciones individuales aumentaron y las producciones por hectárea también, entonces los animales están cada vez más confinados. Ante lo cual, el bienestar animal se hace imprescindible para lograr máxima eficiencia de producción, máximos índices de conversión y menor impacto ambiental”, describió el ingeniero José de Nicolás.
Para lograr mantener los niveles de bienestar animal “hay que tomar medidas de manejo, controlar todos los parámetros de producción y asociarlos a las cinco libertades del bienestar animal a nivel global”, sugirió.
Las cinco libertades son: que el animal esté bien alimentado, con buena disponibilidad de alimento y agua; la segunda es de nivel sanitario, que esté libre de dolores y traumas; tercero, que esté en un lugar físico y térmico confortable; la cuarta es que el animal debe mostrar el comportamiento normal de su especie; y, por último, la salud mental de la vaca, que debe estar libre de miedos y angustias.