Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, evaluó su visita a Salta y se refirió a temas de la vida institucional de la SRA y de la coyuntura del sector agropecuario.
Entre el 11 y 13 de mayo, gran parte de la Comisión Directiva de la Sociedad Rural Argentina (SRA) visitó la provincia de Salta para tomar contacto con los socios locales de la entidad y también con actores de la vida económica e institucional de la provincia.
El Tribuno Campo conversó con el presidente de la entidad, Nicolás Pino, quien evaluó la visita a Salta y se refirió también a temas de la vida institucional de la SRA y de la coyuntura del sector agropecuario a nivel país.
Había prometido antes de asumir una mirada más federal de la conducción de la SRA. ¿Esta visita a Salta ese enmarca en esa idea?
Cumpliendo lo que dijimos en el discurso de Palermo: “Hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos”. Eso fue lo que habíamos dicho antes de asumir, que íbamos a potenciar el federalismo. Entiendo y me doy cuenta, por lo que uno va recibiendo en las recorridas, que es algo que a los productores les gusta, viene bien sentarse con un productor salteño, correntino, chaqueño, donde fuimos y a donde vamos, y escuchar de primera mano qué pasa, para mí es la mejor manera que ayuda a que uno pueda tomar decisiones.
Se llevan temas para trabajar de los lugares que visitan…
Muchísimos. En esta reunión en Salta éramos unas cien personas, vinieron muchas cámaras sectoriales. Esto quiere decir que seguramente están viendo al campo no como sector aislado y ese concepto, que quizás la sociedad tenía del sector nuestro, es erróneo ya que queremos involucrarnos en la sociedad, porque vivimos en la sociedad.
Conocemos los problemas que tenemos, pero nos gusta también conocer los problemas que afectan a los diferentes jugadores de la sociedad toda, porque en definitiva lo que nosotros producimos derrama sobre la sociedad. Y el problema que afecta al campo, con esta sequía en feroz de los últimos 3 años, nos afecta como productores, pero también va a afectar a la sociedad. Eso hay que salir a decirlo, pero no desde el egocentrismo, tenemos los mismos problemas que cualquiera.
Pareciera que la sequía puso en valor el peso específico que tiene el sector agroindustrial en la economía argentina. El gobierno, los políticos y hasta la prensa se dieron cuenta de esto…
Totalmente. Todo deja algo positivo, hay que saber encontrarlo, y esta sequía -que si bien al bolsillo individual de cada productor lo afecta y mucho- hay que verle la parte positiva y es que desnudó esa política espantosa que viene pasando en la Argentina en los últimos 40 o 50 años. Faltaría la verdad si digo que estos son los problemas de este gobierno, la realidad de la Argentina viene así hace muchísimo. Pasa que, aprovechando que el campo en su dinámica de ser a veces productores tranquera para adentro y no fijarnos en nuestro alrededor -visión que está cambiando-, los gobiernos que han pasado siempre se dieron vuelta para meter la cuchara en la olla del campo y siempre había algo para sacar.
En este momento, este gobierno se da cuenta que no hay nada en la olla y eso no fue producto nuestro, sino de la seca.
Los recibió el gobernador Gustavo Sáenz. ¿Qué impresión se llevan?
Nos llevamos una buena impresión. Vemos que el gobernador, si no me equivoco, viene de otro sector; sin embargo, vemos que se mete mucho en el sector, pregunta y es curioso y tiene un ministro que conoce.
Me llevo la impresión que quiere encarar la política desde otro lado, no mirando a ese sector unitario que es la ciudad de Buenos Aires y el obelisco, y que los malos gobiernos traccionan de esa manera: te hacen bajar a Buenos Aires a tener que pedir lo que a la provincia le corresponde. Me parece que la cabeza de este gobernador no va por este lado.
En base a la experiencia en las provincias que van recorriendo, ¿cree que se pueden tender puentes con los gobernadores que les permitan generar un relacionamiento distinto, más allá del que tiene con el Gobierno nacional?
Entendemos que, desde nuestro lugar, lo que tenemos que hacer es potenciar a los gobernadores de toda la Argentina, porque son ellos los que tienen que en la política escucharnos. Nos pongamos de acuerdo o no, pero vamos a pensar que todo es en beneficio del bien común, no del individual. Si un gobernador se para y dice “el sector productivo necesita tal cosa” tiene un peso, pero si son diez los gobernadores -como este Norte Grande- que lo dicen van a ser mucho más escuchados.
En este encuentro con las cámaras empresariales se habló poco de la coyuntura, los temas fueron más allá. ¿La conducción de la SRA tiene esta idea de encarar los temas?
Totalmente, queremos salir de nuestra zona de confort, que es hablar de lo nuestro, de la producción, de la vaca, de la siembra, de la fruta, etc., y ver que, si al campo le va bien a la sociedad le va bien, pero tenemos una sociedad con los brazos bajos -estos gobiernos le han sacado hasta la dignidad la gente-, la cosa no funciona. Por eso hacemos esta movida desde la SRA, para que vean que el campo está para para seguir trabajando, pero no en función del individualismo, sino de una Argentina que tiene que ser un país mucho más amable, alegre, para vivir. No podemos seguir de esta manera.
¿Qué opinan de la catarata de anuncios desde el Ministerio de Economía que no terminan de concretarse?
Si queremos pensar bien, evidentemente hay una burocracia estatal que hace que un ministro tan importante como el de Economía dispone ciertas medidas y, a veces, pasan hasta tres meses para que se pueda concretar algo. Entonces, vamos a pensar que a la burocracia estatal hay que destrabarla, porque si no las cosas no llegan.
Si pensamos que hay un matiz ideológico, tenemos que decir que este gobierno ve el campo como el enemigo y por eso no salen las cosas. En este caso tenemos que decirles que no vean más así al campo.
Le dije al ministro Massa, por eso me animo a decirlo, que hacer anuncios sin la certeza que esos anuncios llegan en el momento que tiene que llegar no tiene efecto. Por ejemplo, en la Patagonia les prometieron a los ovejeros que le iban a dar $ 500 o $ 600 y la entrega se demoró, con lo cual esos montos hoy están completamente desactualizados. No nos gustan las medidas dirigistas –“¿por qué necesito tus $ 500?, déjame trabajar tranquilo yo me lo sé ganar”-, esa esa forma de gobernar no nos gusta, pero es la cancha que estamos jugando. Pero es necesario que las medidas lleguen al productor, sino francamente no sirven de nada.
Por: Belisario Saravia Olmos, editor de El Tribuno Campo
Fuente: El Tribuno Campo