En general las pasturas en la Región Pampeana logran solamente el 50% del rendimiento alcanzable de las mismas. La recomendación de Yara es incorporar nutrientes en forma balanceada.
Al estar ingresando en el otoño se recomienda estimular el rebrote que se produce en esta estación con una fertilización balanceada. La empresa Yara, líder mundial en la producción y comercialización de fertilizantes minerales aconseja a los productores fertilizar sus pasturas para alcanzar el rendimiento potencial que estas tienen.
Tanto en pasturas como en pastizales naturales existen dos picos de tasa de crecimiento en materia seca, el mayor es el que se da en primavera y el de otoño. En las pasturas otoño-invierno-primaverales, generalmente las especies que las componen florecen en primavera con un detrimento de la calidad del recurso, por lo que el manejo de este pico de crecimiento debe ser muy bien administrado. En el otoño, por el contrario, todo el proceso es más lento por las temperaturas más bajas, pudiendo obtener grandes cantidades de materia seca de muy buena calidad.
Según el Observatorio Forrajero Nacional integrado por CREA, INTA, Fauba y el Ipcva, en la Región Pampeana la mayoría de las pasturas logran menos del 50% del rendimiento alcanzable, esto es explicado desde un 20% a un 30% por adversidades climáticas y de un 70% a un 80% a deficiencias nutricionales y de manejo. Con respecto a esto, la ingeniera agrónoma Emilia Boccanera, responsable técnica de la región sudeste de Yara explica: “Para la refertilización balanceada en las pasturas implantadas, estamos indicando aplicar YaraMila Actyva, el cual contiene nitrógeno, fósforo y potasio, además de azufre. El aporte de estos nutrientes otorga mayor vigor en la siembra y longevidad en aplicaciones para rejuvenecimiento, se logran cultivos más uniformes que aprovechan mejor los recursos y por su formulación generan menos pérdidas y mejor aprovechamiento del nitrógeno”.
En cuanto a leguminosas, en el país, según el censo realizado en 2018 por el Indec, hay implantadas más de 1 millón de hectáreas de alfalfa pura y alrededor de medio millón de alfalfa consociada con otras especies. Cuando se trata de esta especie, en particular cuando la implantación es pura, se advierte que los productores intentan seguir las buenas prácticas agrícolas y la fertilización forma parte de este manejo. “Los cultivos de alfalfa tienen un requerimiento de boro muy alto, por lo que para evitar deficiencias futuras por la extracción y exportación del nutriente aconsejamos el uso de fertilizantes con alto contenido de boro. En épocas de sequía se pueden observar los síntomas de deficiencia con más facilidad, en los lotes se puede ver manchones con el follaje con un color bronceado solamente en la cara superior de las hojas y en toda la superficie, la particularidad es que las hojas inferiores siguen siendo verdes además de que el cultivo no suele presentar flores y las plantas tienen aspecto achaparrado, donde los entrenudos se ven acortados”, indica la ingeniera.
Pudiendo elevar los rendimientos de las pasturas con un buen manejo de la nutrición se observarían impactos en variables como el manejo de la carga animal y el tiempo de reingreso a los lotes: “Recomendamos que hagan las consultas pertinentes a técnicos y agrónomos para que puedan aprovechar al máximo el crecimiento de sus pasturas, partiendo de un análisis de suelo para ajustar la dosis a aplicar, la práctica de refertilización puede ser ampliamente rentable”, cierra Boccanera.