Desde la Fundación Producir Conservando comparten los avances de la lechería estadounidense en la búsqueda de más sustentabilidad.
En la industria lechera de Estados Unidos, un problema que debían solucionar se está convirtiendo en un negocio que no solo los deja a centímetros de ser balance de carbono cero, sino que les genera ingresos que antes ni soñaban.
Una vez más, en el viaje de capacitación de la Fundación Producir Conservando que realizamos este año por el cinturón maicero americano, visitamos empresas lecheras de punta que vienen hace años trabajando para mejorar día a día el manejo de los efluentes. En esta oportunidad fuimos a Homestead Dairy, de la familia Houin en Plymouth Indiana y a Fair Oaks Farms del doctor Mike McCloskey en Fair Oaks Indiana.
Ambas lecherías hoy cuentan con digestores anaeróbicos que permiten capturar gran parte del metano antes de que se libere a la atmosfera y lo transforman en energía eléctrica o gas natural comprimido respectivamente.
En el caso de Fair Oaks Farms, cuya historia conocemos desde hace casi 25 años, el camino de mejora en el manejo de los efluentes ha sido de mucha innovación, compromiso y determinación. Innovación, porque trabajaron fuertemente para diseñar las tecnologías que le permitieron al sector bajar la huella de carbono (por ejemplo, motores de camiones a GNC), compromiso porque junto al DMI (Dairy Management Inc.) y el resto de las empresas lecheras americanas definieron llegar a ser Balance de Carbono Cero para el 2050 y determinación porque trabajan diariamente para alcanzar los objetivos que fijaron.
Con el correr de los años el manejo que hacían fue cambiando. Pasaron de utilizar camas de arena para los free stall (camas de las vacas) y tener que separar la misma antes de ingresar el efluente en un digestor para producir gas, a trabajar hoy con camas de fibra de bosta seca para aumentar el rendimiento del digestor anaeróbico y evitar la separación de arena previa.
Según un estudio realizado por el DMI, la huella de carbono de la producción primaria lechera proviene 30 % del estiércol, 30 % del metano entérico (belching o eructos de las vacas), 30 % de la producción de los alimentos de las vacas y el restante 10 % de la energía.
La genómica y la selección de toros que dan hijas que emiten menos metano está avanzando fuertemente y se cree que en el futuro un productor va a poder cobrar bonos de carbono según el toro que use para preñar sus animales.
También existen aditivos para los alimentos que buscan reducir la perdida de metano entérico como el 3NOP o el Bobair que llegan a disminuir dichos valores hasta un 40 % y se espera que en unos 10 años lleguen a reducir el 75 %.
En cuanto al carbono que se emite en la producción de alimentos para las vacas, la siembra directa y la no remoción de los suelos está demostrando que la emisión por esta vía puede reducirse considerablemente.
Para reducir el 10 % que corresponde a la energía, el gobierno americano ha decidido financiar con tasas subsidiadas proyectos de energías renovables (solares y eólicos) y finalmente para reducir el 30 % del metano que produce el estiércol la industria lechera ha venido trabajando incansablemente y hoy cuenta con una tecnología llamada Varcor que permite capturar casi el 98 % del metano.
¿En qué consiste esta tecnología? Antiguamente los digestores anaeróbicos capturaban hasta el 85 % del metano y luego el 15 % iba a las lagunas y se perdía. Hoy se puede disminuir fuertemente esa pérdida hasta casi eliminarla. Luego de extraerse casi el 85 % del metano en el digestor, el purín entra al Varcor donde se obtienen 3 productos: un sólido con NPK -nitrógeno, fósforo y potasio- (3-3-3) apto para peletear y ser aplicado como fertilizante en los lotes; un líquido con casi todo el N restante; y por último agua potable. Sí, agua potable. Esto significa que en el corto plazo las lecherías podrán eliminar las lagunas.
Es increíble cómo una industria con un objetivo claro de disminuir la huella de carbono haya logrado esto. Convertir un problema que debían solucionar en un negocio que no solo los deja a centímetros de ser balance de carbono cero, sino que les genera ingresos que antes ni soñaban.
En Fair Oaks se animaron a decirnos que en breve pasaran de ser productores lecheros a productores de purines, por lo que esta parte va a aportar en el resultado económico de la empresa.