La capacitación es de vital importancia ante las recientes emergencias que ha vivido la región, como es el caso de la Peste Porcina Africana (PPA) que ya está presente en Haití y República Dominicana.
La Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP), cuya presidencia este año está en Argentina a cargo del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), culminaron a fines de octubre un taller dirigido a un grupo de veterinarios y técnicos provenientes de los 6 países miembros del CVP: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, para capacitarlos y prepararlos ante inminentes emergencias relacionadas con enfermedades de los animales.
El taller de trabajo regional que se dictó en la Ciudad de Buenos Aires y convocó de forma presencial; durante dos días, a un grupo de más de 40 profesionales, se basó en los resultados del proceso progresivo de preparación para emergencias (PPEP), una herramienta de autoevaluación desarrollada por el Centro de Gestión de Emergencias de la FAO (EMC, por sus siglas en inglés), para que los países desarrollen y mejoren sus capacidades de gestión de emergencias zoosanitarias de salud animal.
Fue el cierre de un ciclo de 13 meses de duración, que se inició con la evaluación de las capacidades de los servicios veterinarios de cada país. Contó con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Las enfermedades transfronterizas han evidenciado en los últimos años una alta transmisibilidad y velocidad de propagación. Recientes casos de la Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) y la Peste Porcina Africana (PPA) son muestra de aquello. Esto sumado al crecimiento demográfico y la intensificación del comercio internacional de alimentos, contribuyen en la velocidad, reaparición y propagación de enfermedades.
El impacto directo de estas enfermedades en los animales, e indirecto en la pérdida de proteína animal y afectación de medios de vidas de las personas, así como a la agricultura familiar campesina, y los países, puede llegar a ser inconmensurable; representan consecuencias globales potencialmente graves para la producción ganadera -con especial énfasis en pequeños productores-, pudiendo afectar a especies animales de todo un país o región.
Tal es el caso de la PPA, la cual causa una alta mortalidad en porcinos domésticos y silvestres, aunque no es transmitida a los humanos ni afecta las condiciones de los productos alimenticios contaminados; tampoco existe vacuna contra ella y es altamente resistente al ambiente. La mejor solución es la prevención, atendiendo a que puede diezmar poblaciones de cerdos y trae consecuencias comerciales para los países afectados.
El taller en primera persona: qué dijeron las autoridades participantes
“El COVID-19 ha hecho comprender a la población el impacto catastrófico que las enfermedades emergentes pueden tener en la vida normal que todos llevamos. En los últimos 13 meses, los equipos de la FAO hemos trabajado juntamente con el CVP para la preparación regional en emergencias zoosanitarias y hemos diseñado un taller, el primero de su clase, que busca reforzar las capacidades regionales y proteger a sus comunidades ante posibles crisis de salud pública, de seguridad alimentaria y económicas”, declaró Nir Tenenbaum, especialista en coordinación global de incidentes del Centro de EMC de la sede global de la FAO en Roma.
“Dadas las experiencias aprendidas estos últimos años, es evidente la importancia de impulsar acciones de manera coordinada a nivel regional. La globalización nos exige aunar esfuerzos y construir estrategias regionales de detección y control de las enfermedades. Un trabajo articulado con aliados estratégicos en la región nos permite mejorar significativamente la respuesta ante emergencias zoosanitarias en comparación a si cada país lo hiciera en forma aislada” señaló Andrés González, oficial de Ganadería, Sanidad Animal y Biodiversidad de la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
“Las enfermedades transfronterizas son de riesgo mundial y regional y se extienden más lejos y más rápido que nunca. Sumado a ello, el crecimiento demográfico, la intensificación del comercio de ganado, la alteración del hábitat y el cambio climático. Este taller fue un paso importante en el proceso para mejorar la preparación ante emergencias zoosanitarias. Esperamos que esta experiencia se amplíe a otros países de la región”, declaró María Laura Escuder, oficial de Programas a cargo de la representación de FAO en Argentina.
“Los profesionales al frente de servicios veterinarios son la primera línea de defensa en terreno ante emergencias zoosanitarias. El trabajo que se hizo en este taller contribuye a mejorar la preparación ante esas emergencias, generando redes de contactos e intercambio de consultas y conocimiento, debido a que los efectos de las enfermedades animales impactan en lo social, ambiental y económico. Los países exportadores sufren mucho porque se paraliza el comercio y retomarlo a veces lleva tiempos lentos. Los focos de PPA en Haití y República Dominicana afectan el comercio local y son dos países donde el consumo de cerdo es importante”, sentenció Luis Barcos, representante Regional de la OMSA para las Américas.
“La preparación para cualquier emergencia zoosanitaria reviste de una gran importancia. El desplazamiento de personas y bienes está mucho más globalizado. Los países miembros de la CVP creemos que es indispensable trabajar bajo un marco jurídico robusto como el que tenemos. Trabajamos bajo el concepto de Una Salud y pusimos más capacidad operativa, sobre todo en pandemia, entendiendo también que necesitamos siempre de la cooperación de otras entidades gubernamentales y privadas, expuso José Carlos Martin, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) en Paraguay y miembro de la comisión directiva del CVP.
“Los países deben continuar fortaleciendo el rol de los equipos de emergencia en sus distintos espacios. La detección temprana y la respuesta rápida es fundamental. Sabemos que es muy difícil interpretar el trabajo que hay por detrás, no son sólo las cuestiones técnicas sino también las de organización, logística, listado de expertos, de generadores de insumos; hay una serie de cuestiones que requieren que todo esté perfectamente ensayado y donde el tiempo es un elemento esencial. En América, Haití y República Dominicana son víctimas de tener el ingreso de PPA, pero también sabemos el esfuerzo que se está haciendo al respecto”, dijo Mariano Ramos, director de Planificación y Estrategia de Sanidad Animal en Senasa.
“Desde el USDA trabajamos de modo coordinado y activo con Usaid, que ofrece apoyo humanitario y protección de los medios de vida, y estudiamos la proliferación de estas enfermedades, las cuales también se propagan debido a la globalización, los movimientos de personas y el circuito ilegal de comida. Debemos aprender a partir de la experiencia de otros países que tienen la enfermedad y así minimizar los riesgos”, enunció Silvia Kreindel, comandante de Incidentes del Servicio de Inspección de Sanidad Animal del USDA.
“Antes, la región funcionaba en base a reacción frente a cualquier evento o brote. Por caso, la fiebre aftosa fue la que estructuró los servicios veterinarios de la región. Luego de 20 años, se podría decir que el CVP pasó de la reacción a la acción ya que cuenta con un plan estratégico (ya lleva dos planes estratégicos de hecho) e incluso la FAO cumple un rol fundamental en esto, debido a que, a través del Proyecto de Cooperación Técnica 3108 de “Preparación de un programa regional de Sanidad Animal”, fue el que proyectó al CVP fortaleciendo los servicios nacionales de sanidad animal”, expresaron Magdalena Ferdinand y Gabriella Campón de la Secretaría Técnica Permanente del CVP.
Este taller es un paso en el proceso progresivo de colaboración para mejorar la preparación para emergencias zoosanitarias en los temas identificados por los países miembro del CVP en la autoevaluación de acuerdo con su capacidad, prioridades y recursos específicos.
Fuente: FAO Argentina