Los cultivos de trigo y maíz están muy afectados lo que hace prever una importante caída de los ingresos en la campaña 2022/23.
El combo fue realmente explosivo: entre la falta de precipitaciones y las heladas de las últimas semanas, el estado del trigo sembrado en la región núcleo pasó de mal a peor. Mientras tanto el área sembrada con maíz, hasta la fecha es la más alta de los últimos seis años y en el campo directamente se adelanta una de las peores campañas de los últimos 10 años. Habrá lotes con trigo que directamente no se podrán sembrar, o terminarán con rindes muy por debajo de lo normal y es por ello por lo que actualmente se adelanta que la producción puede llegar a estar incluso por debajo de las 16 millones de toneladas.
Las primeras estimaciones adelantan que en la campaña 2022/23 dejarían de ingresar al menos 3000 millones de dólares respecto al ciclo previo, principalmente por la caída en la producción de trigo con destino a exportación y de maíz para el circuito comercial.
En tanto persistan la falta de lluvia y el azote de las heladas, el avance de siembra de maíz seguirá atrasado en relación con sus promedios históricos. Consecuentemente, actualmente nos ubicamos con un ritmo de siembra similar al de la campaña 2016/17, consolidando el menor ritmo relativo de siembra en seis años. Es también el menor ritmo de siembra en términos absolutos desde el año comercial 2015/16, con 1,6 millones de hectáreas desde el inicio de la plantación, frente a 2,8 M de hectáreas esta misma semana del año pasado.
La escasa humedad de suelos está afectando hasta los establecimientos que cuentan con riego, según informó la Guía Estratégica para el Agro (GEA – BCR) en su último informe semanal. De esta manera, la campaña 2022/23 tendría apenas un 10% de superficie de maíz temprano en la zona núcleo de producción, dejando lo restante cómo maíz tardío, lo que representaría la menor siembra de maíz temprano en una década.
En cuanto al trigo, el rinde promedio de la región núcleo, tomando los últimos cinco ciclos, es de 39 quintales por hectárea. El peor rinde desde el 2010 es de 29 quintales por hectárea en la reciente campaña 2020/21. “Hace una semana atrás, a pesar de la mala condición general del trigo, un rinde de 20 quintales por hectárea como promedio de la región núcleo no era una posibilidad. Pero tras la helada del 9 de octubre, los recortes que empiezan a estimarse vuelven probable que la región núcleo sufra un recorte de casi un 50% de su rinde promedio. Los ingenieros no esperaban encontrarse con daños marcados por la helada en esta primera evaluación, ya que los efectos suelen manifestarse una semana después”, detallan desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
Justamente es el tema que hoy más preocupa al Gobierno y por eso el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, se reunió con todos los referentes de la cadena del cereal para analizar el estado de situación y determinar los pasos a seguir. Algo del encuentro quedó claro para el sector exportador, el registro para exportaciones de trigo no volverá a abrirse. Hasta el momento los exportadores declararon envíos por alrededor de 8,8 millones de toneladas y ese volumen podría llegar a ampliarse hasta las 10 millones de toneladas, pero eso ya está descartado. El Gobierno busca efectivamente que no falte cereal en el mercado interno en un marco en el que además los precios en la plaza local están tocando niveles alto, justamente por el desastre productivo en la región núcleo.
En tanto, por lo pronto en el Gobierno aseguraron que los compromisos de exportación se cumplirán a rajatabla, es decir que lo que los exportadores ya declararon se volcará al mercado interno, pero mientras tanto se buscará acompañar a molinos e industrias farináceas luego de la campaña para que en ningún momento haya falta de trigo que perjudique el normal funcionamiento de las plantas.
Finalmente, con la mirada en el mediano plazo, las proyecciones tampoco parecen ser para nada alentadoras. Por lo menos, hasta el próximo miércoles el servicio meteorológico no indica que pueda haber precipitaciones de consideración en la zona núcleo por lo que, de mínima, esta semana que inicia será otro desafío de la campaña 2022/23 y por supuesto para la economía argentina.
Por: Yanina Otero
Fuente: Ámbito Financiero