Se cultiva en más de 75 países de cinco continentes y es objeto de comercio en todo el mundo.
El pasado 7 de octubre se celebró el Día Mundial del Algodón, proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y que tiene entre sus principales metas que los países menos desarrollados tengan mejor acceso a los mercados relacionados con este producto, fomentar políticas comerciales sostenibles y permitir que estos países se beneficien más de cada paso de la cadena de valor del algodón.
Esta iniciativa nació en 2019 cuando cuatro grandes productores del África subsahariana -Benin, Burkina Faso, Chad y Malí, conocidos como los Cuatro del Algodón (C-4)- propusieron a la Organización Mundial del Comercio (OMC) su celebración anual con el objetivo de aumentar la visibilidad del sector y su papel fundamental en el desarrollo económico, el comercio internacional y el alivio de la pobreza.
Al mismo tiempo, la celebración pretende alentar a los Estados Miembros a convocar debates para garantizar que las personas de los países en desarrollo en general, y de los países menos adelantados en particular, se beneficien de las ganancias y los resultados de la producción y el procesado de este cultivo de manera adecuada.
El algodón es un producto mundial que se cultiva en más de 75 países de cinco continentes y es objeto de comercio en todo el mundo. El Día Mundial del Algodón brinda la oportunidad de poner de relieve su contribución a la creación de empleo y el mantenimiento de la estabilidad económica en los países menos adelantados (PMA).
El algodón se cultiva de forma anual mediante un manejo agronómico para tal fin y que es un cultivo muy resistente a los cambios climáticos, por ser muy plástico se puede plantar en zonas secas y áridas. Este cultivo ocupa solo el 2,1 % de la tierra cultivable del mundo, pero satisface el 27 % de las necesidades textiles globales.
Casi nada del algodón se desperdicia. Se utiliza en la industria textil, en la ganadería para alimentación animal, en la fabricación de aceites comestibles, cosméticos o de biocombustibles, entre otros usos. El producto principal que se obtiene de la planta de algodón es la fibra, que es el textil natural más importante del mundo.
Rol del INTA
Con una superficie de 508.247 hectáreas, según cifras de la Secretaría de Agricultura de la Nación, el algodón registró un crecimiento del área sembrada, por quinto año consecutivo. De todos modos, las condiciones climáticas condicionaron la campaña, como en la mayoría de los cultivos, y redujeron los rendimientos.
La nueva genética INTA tiene una importante aceptación por parte de los productores algodoneros, dado que permiten una siembra tardía con resultados productivos y económicos más estables. El aporte del organismo en el proyecto +Algodón Argentina, ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“El 45 % de la semilla fiscalizada utilizada en la campaña 2021/2022, correspondió a las nuevas variedades desarrolladas por el INTA”, aseguró Diana Piedra, directora del Centro Regional Chaco-Formosa del INTA, quien, además, no dudó en destacar el aporte del organismo al sector al “generar de manera constante innovaciones tecnológicas para el cultivo del algodón”.
“El lanzamiento de las últimas tres variedades desarrollado sobre germoplasma adaptado a la región se consolidó como una innovación desde el INTA a partir de la siembra de estas en casi el 50 % de la superficie destinada al textil en Argentina”, puntualizó la especialista.
“Además, trabajamos en la búsqueda de variedades que permitan un control del picudo del algodonero más efectivo y con un menor costo, lo que permitirá que miles de pequeños y medianos productores de la Argentina y del resto de los países de América vuelvan a producir este cultivo tan arraigado al territorio”, señaló.
Entre las variedades más utilizadas por los productores de destacan Guazuncho 4 INTA BGRR, Guaraní INTA BGRR y Porá 3 INTA BGRR. Así lo aseguró Mauricio Tcach, investigador del INTA Sáenz Peña, Chaco, quien explicó que los productores están satisfechos con sus características. “Esto tiene que ver con que las variedades del INTA son de ciclos más cortos y presentan ciertas ventajas por sobre otras, dado que permiten una siembra tardía con estabilidad en los rendimientos y aprovechando toda la ventana de siembra”, dijo.
Y agregó: “Estas variedades habilitan un mejor manejo y permiten que los productores puedan sembrar variedades más cortas, tarde y más largas, temprano”. A su vez aseguró que la introducción de nuevas variedades al sector ofrece la oportunidad de generar diversos procesos virtuosos, entre los que se destaca la disponibilidad de genética con mayor potencial, la evaluación en red de productores y la aplicación de ajustes en el manejo con protocolos. “Todos ellos permitirán una mayor integración y crecimiento en conjunto de la cadena productiva”, subrayó.
A su vez, explicó que “Guazuncho 4 INTA BGRR es una marca asociada del algodón argentino”, aseguró, al tiempo que explicó que se destaca por su elevado potencial de rendimiento, al tiempo que mantiene excelente calidad tecnológica de la fibra.
En cuanto a Guaraní INTA BGRR, Tcach explicó que de las tres variedades es la de mayor precocidad y estabilidad frente a condiciones adversas, ya que presenta dos picos de floración. A su vez, explicó que presenta excelentes registros de porcentaje de fibra, cercanos al 38 % y, además, se comprobó su excelente adaptación a siembras tardías. “Para lograr una buena calidad de fibra requiere lotes bien preparados, desde el punto de vista del control de malezas y buena disponibilidad de recursos”, explicó.
Por último, Porá 3 INTA BGRR es considerada la variedad de mayor plasticidad, ya que tiene un buen arranque y diferenciación foliar. “Durante esta campaña, fue evaluada en lotes comerciales, demostrando por tercer año consecutivo un tipo de capullo destacado, similar a su antecesora Pora INTA”, indicó el técnico de Sáenz Peña.
Otra de las ventajas que tiene este material es la de presentar el mayor porcentaje de fibra, alcanzando registros de 40 en desmotadora comercial, al tiempo que la calidad tecnológica de la fibra se encuentra dentro de los valores requeridos por la industria.
+Algodón Argentina
El proyecto +Algodón Argentina es ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y promueve sistemas productivos sostenibles e inclusivos. Para esto, se abarca desde una perspectiva integral de la cadena de valor del algodón para promover el desarrollo rural, fomentando la agregación de valor, el comercio justo y el sistema agro textil.
Por medio del proyecto se generan oportunidades para intercambiar conocimientos y experiencias, promover el acceso a mercados, innovaciones tecnológicas y el manejo agrícola, desde una perspectiva de sistemas agroalimentarios, donde los sistemas productivos diversificados contribuyen a la seguridad alimentaria y al estado nutricional de las familias algodoneras en los más territorios vulnerables. Además, es una oportunidad de negocios innovadores en los países socios.
Rol del Senasa
En ese marco de cultivo y dinámica de la cadena socioeconómica que presenta el algodón, el Senasa tiene un rol muy importante en la sanidad durante la etapa primaria (producción), como en las demás etapas del proceso de industrialización (desmote, hilado, etc.). Es así como el Senasa mantiene vigente su Programa Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (Pnpepa), que es la principal plaga que causa daño al cultivo a nivel mundial.
Este programa tiene como objetivo definir estrategias y la implementación de medidas fitosanitarias que contribuyan a la sustentabilidad del cultivo de algodón. Asimismo, se trabaja en la supresión de la plaga en áreas con alta infestación y en evitar la dispersión hacia las áreas libres.