Ante el Senado, el secretario de Agricultura sostuvo que “nuestro país tiene que ser el líder mundial en la producción de alimentos”. Economías Regionales y Sector Ganadero.
El pasado miércoles, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, realizó una extensa presentación ante el Senado de la Nación en la que se refirió a los principales temas de interés para el sector rural.
Para el sitio web especializado El Parlamentario, la periodista Deborah Gonzalez reseñó la visita del funcionario nacional que aseguró “nuestro país tiene que ser el líder mundial en la producción de alimentos”.
El texto periodístico de El Parlamentario
En su ponencia, Bahillo sostuvo que “se debe dar un diálogo comunicacional constructivo entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo que permita construir una agenda de las decisiones de las políticas publicas y dar las respuestas que la sociedad demanda”.
“Nuestro país tiene que ser el líder mundial en la producción de alimentos, es una decisión que tenemos. Tenemos una matriz productiva diversificada que es muy rica y diversa, coproductores muy eficientes con mucha tecnología que podemos integrar en 2 grandes vectores en lo que es la Región Pampeana, la Región Centro, y lo que son las Economías Regionales para nosotros son todas de igual importancia” expresó el funcionario.
Además, contó que tanto el ministro de Economía como el presidente les han dado indicaciones de “trabajar con igual intensidad, responsabilidad y prioridad en todas las economías que hacen al nivel primario de actividad productiva”.
Por otro lado, informó que “tenemos la mayor cuenca fotosintética del planeta por lo cual nos permite partir de condiciones objetivas muy competitivas en lo que es agricultura y ganadería. Tenemos productores con un buen nivel de eficiencia y tecnología que son de lo más avanzado del mundo que nos permite tener en la región centro un volumen de producción importante y un ingreso de divisas significativo”.
Respecto a las economías regionales, Bahillo sostuvo que “no tienen la visibilidad y el reconocimiento que nos gustaría que tengan por la importancia que tienen las mismas en todos los rincones del país”. Asimismo, comparó que “no generan el mismo volumen que generan la región centro en cuanto dólares, pero genera una ocupación y una cantidad importantísima en cuanto a jornadas, mano de obra, trabajadores, que hacen que sean tan importantes como las otras actividades de la región centro”.
A continuación, compartió datos para “mostrar la significancia” en términos productivos que tiene el país dividido en dos cuestiones: por un lado, la cuestión agrícola de la región centro y, por el otro lado, las economías regionales.
Región Centro
“Los principales cereales y oleaginosas cuando vamos al volumen producido y la superficie sembrada cuando tomamos trigo, maíz, soja, cebada tenemos 35 millones de hectáreas sembradas, 71.300 productores, con una producción de 134 millones de toneladas, con un volumen de exportación en dólares de 39 mil millones en la campaña 2021/2022”, detalló el funcionario y sumó: “A esto hay que agregarle lo que se destina al mercado interno el consumo a través de las moliendas, el trigo, o la proteína vegetal que se transforma en animal”.
En cuanto a la producción de soja que “es el cultivo más extensivo” que hay explicó: “Se siembran 16,1 millones de hectáreas, 6.300 productores, la producción son 44 millones de toneladas y 23.800 millones de dólares de exportación”.
“Hay una concepción errónea de que nuestro país tiene una economía primerizada” cuestionó Bahillo y precisó: “Si bien en maíz se exporta el 66%, en soja se exporta el 90% y con un grado de agregado de valor, pero es muy poco el poroto de soja y mucha la harina y demás subproductos”. “Aún cuando exportamos un grano de maíz deberíamos repensar si está tan primerizada esa economía porque detrás de ese grano de maíz hay un desarrollo muy importante en genética, en eventos para llegar a esa tecnología para tener agricultura de precisión, ene l desarrollo de maquinaria agrícola”, sumó.
Sobre el maíz detalló que hay 8 millones de hectáreas, 48.700 productores, la producción es de 59 millones de toneladas y la exportación es por 9.295 millones de dólares y “ahí tenemos las provincias con mayor superficie sembrada”. En cuanto al girasol contó: “Tenemos 2 millones de hectáreas sembradas, 11.600 productores, 4 millones de toneladas y 1334 millones de dólares en exportación”.
“En cebada, que es un cultivo casi exclusivo de la provincia de Buenos Aires viene creciendo, tenemos 1.600.000 hectáreas sembradas, 8.700 productores, con un volumen de 5,3 millones de toneladas, y se exportan por 943 millones”, agregó en otro pasaje de su informe y afirmó: “Cuando hacemos la sumatoria de lo que invierte el sector primario en estos cinco cultivos en capital de trabajo más la tecnología y todo lo que invierten año a año andan alrededor de los 35 mil millones de dólares.
En ese sentido, informó que “el paquete tecnológico para poder sembrar una hectárea de maíz anda alrededor de los 1.200 dólares por hectárea”, y resaltó: “Esa es la importancia de dinamizar las economías y a los pueblos del interior”.
Economías Regionales
En este eje, Bahillo explicó que “Cuando dividimos por región y hacemos la sumatoria son cerca de 40, vemos la importancia de las mismas. Algunas de ellas con un grado de desarrollo en la cadena de valor muy importante como es la vitivinicultura, el limón en Tucumán, la avicultura en Entre Ríos”.
Sobre la mano de obra en las economías regionales ejemplificó: “Si tomamos los cítricos dulces como mandarina, naranja y arándanos en Entre Ríos nada más la mano de obra que ocupa es de 20 mil personas por año”. “Esto permite visibilizar la importancia de las económicas regionales en cuanto a la ocupación y el trabajo que generan”, destacó Bahillo.
“Argentina produce al año 7,5 millones de toneladas anuales de frutas que se distribuyen en 500 mil hectáreas. Se generan 200.000 puestos de trabajos directo y exportaciones por 2.200 millones de dólares. En hortalizas se producen 7 millones de toneladas anuales en más de 700 mil hectáreas que va al mercado interno. El sector demanda 10 millones de jornales por año y exporta 420 millones de dólares”, explayó.
También, precisó que “hay 2 mil productores de peras y manzanas que generan entre 50 mil y 60 mil empleos directos e indirectos. Se industrializa el 10% de la producción que va a jugos. En frutales cítricos, que es una cadena de valor muy importante, tenemos limón, mandarina, pomelo y naranja. Nuestro país ha tenido una fuerte agenda en los últimos tiempos que ha sido el ingreso de cítricos dulces a Estados Unidos, pero los del NEA no pueden ingresas por cuestiones políticas. Algunas provincias han llevado gestiones importantes en los últimos 10 años para poder ingresar”.
“Es un tema que ha estado en la agenda de los acuerdos comerciales bilaterales. En la visita que va a hacer el ministro de Economía en los próximos días le hemos introducido este tema como prioritario”, adelantó Bahillo.
En suma, detalló que “la vid es otra de las cadenas de valor más importantes porque es la que más integrada y desarrollada está con una superficie de 15 mil hectáreas”. “El ajo es una de las economías que no tiene la visibilidad y la importancia que merecen, pero tiene un impacto local fuerte. Se exporta el 66%, el 28% es de consumo interno y la semilla el 10%”, agregó.
“La cebolla 1.500 productores, 2.500 puestos de trabajo permanente. Esto no sale en los grandes títulos de la prensa, por lo general no tiene mucha visibilidad, pero creo que mi responsabilidad por lo menos es visibilizar estas economías regionales por el impacto que tienen. La producción de papa tiene entre 500 y 700 productores, 240 mil productores temporales, 2.150 empleados, exportaciones por 265.000 millones de dólares consumo interno 72%”, explayó.
Sector Ganadero
Al respecto, el funcionario precisó que “el sector porcino es uno de los que más ha crecido en los últimos años tiene un grado de integración importante como el sector avícola. En ganadería bobina, lo que es de cría y engorde tenemos una con mucha tecnología y productores muy eficientes, con una conversión e índice productivo muy bueno”, pero lamentó que hay “una ganadería de segunda que no tiene el grado de tecnificación ni los indicadores productivos que deberíamos tener”.
“Ahí hay que trabajar en fondos rotatorios provinciales que atiendan a la capacitación de los productores para que mejoren el manejo del rodeo y hacer un seguimiento cercano con los productores. Todo es para mejorar sus establecimientos y mejorar técnicas de manejo”, consideró el secretario.
En suma, opinó que con respecto al sector ovino “hay que analizar algunas cuestiones que tienen que ver con la rentabilidad y con la posibilidad de atender estas economías regionales con políticas directas porque no están pasando por un buen momento”.
“Vamos a un año récord de exportación de carne bobina alrededor de las 900 mil toneladas al año con el 27% de la faena que se va a exportación. Es un muy buen número”, adelantó el funcionario de Agricultura.
Por último, comentó: “Queremos incorporar en esta reconfiguración del ministerio de Economía una mirada acerca del sector primario porque queramos trabajar la cadena de valor porque no podemos mirar al sector productivo deteniéndonos solamente en el nivel primario. Tenemos que ver el grado de industrialización y de participación que tienen en cada uno de los sectores porque también es un rol del Estado ordenar la cadena cuando es muy distorsionada”.
“El grado de industrialización es una obligación del Estado trabajar en ese sentido. Vamos por más producción, por más exportaciones. Entendemos que todo esto debe hacerse con sostenibilidad ambiental porque tenemos que sumar a la agenda productiva el ambiente y la sostenibilidad del mismo. Estamos convencidos que hay que salir de esas discusiones que nos inmovilizan, siempre y cuando se cuide el ambiente” remarcó Bahillo y cerró que “Tenemos que ir por más con sostenibilidad ambiental, incorporando ciencia y técnica, políticas del Estado como programas de riego. Tenemos que tener políticas de crecimiento para tener la capacidad de resolver tensiones sin que afecten los niveles de producción. Todo esto lo tenemos que hacer con políticas públicas que incluyan la oferta laboral”.