La Fauba analizó la logística y la comercialización de estos productos en el AMBA comprender los vínculos entre los múltiples operadores comerciales que llevan el aceite desde las plantas productoras hasta las góndolas.
El sector agroalimentario es mucho más que la producción de alimentos: también involucra factores como la comercialización y el transporte —es decir, la logística—, que son claves a la hora de abordar el sector productivo en su totalidad. Una tesis de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) caracterizó la cadena de producción y comercialización de los aceites vegetales comestibles de maíz, girasol y soja con el objetivo de aportar información sobre el sector y, sobre todo, de analizar la dinámica de su distribución en el Área Metropolitana de Buenos Aires —AMBA—. Su objetivo es comprender las dinámicas que caracterizan el abastecimiento de alimentos en esta zona y cuáles son sus principales problemáticas.
“La logística detrás de los aceites vegetales comestibles está poco estudiada y ese fue uno de nuestros incentivos para abordar el tema”, comentó Alejandro Jantus, autor de la tesis de grado con la que se graduó como licenciado en Economía y Administración Agrarias (LEEA). Por su parte, Joaquín Pérez Martín, docente de la cátedra de Sistemas Agroalimentarios de la FAUBA y tutor de tesis de Jantus junto con Juan Ignacio Pina y Fernando Medán como codirectores, sostuvo que la decisión de estudiar la comercialización del aceite también se debió a que es un producto de primera necesidad con un bajo valor agregado y escasa diversificación. Esto facilita el análisis de las dinámicas y las variables que intervienen en la configuración y el funcionamiento del mercado interno independientemente de la producción.
La logística y la formación de precios del aceite
“La formación de precios tiene una serie de variables sectoriales y territoriales que inciden en cómo se constituye el mercado y la forma en que se pelea por los precios tiene una variabilidad prácticamente a escala barrial”, comentó Pérez Martín. El docente señaló algunos de los principales elementos que influyen en la formación de los precios, como la concentración de la producción y la comercialización, la distribución y el transporte del producto, la atomización de la red comercial y la tendencia inflacionaria.
“La adopción de la soja transgénica y el incremento de la escala que produjo determinaron en gran medida la concentración de la producción agrícola. Esta concentración se refleja en la industria del aceite, que tiene una gran escala de operación, es muy eficiente y está orientada al mercado externo”, comentó Pérez Martín.
En este sentido, el trabajo de Jantus identificó 33 empresas aceiteras que poseen 46 plantas procesadoras. A su vez, las diez principales empresas poseen el 84,8% de la capacidad instalada de molienda. Los principales actores de esta industria son Cargill, Dreyfus, Bunge, Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata, Glencore y Vicentín (que al momento de la realización del estudio no presentaba las complicaciones financieras actuales).
En términos de distribución de aceites para consumo doméstico, el panorama se complejiza. El estudio se centró en describir el transporte involucrado en la distribución de aceites comestibles en el AMBA, uno de los factores de mayor relevancia en el abastecimiento. “Las enormes dimensiones del AMBA hacen que el abastecimiento sea muy costoso. La escala para la operación logística, entrar a la ciudad, con todos los problemas de tránsito, ir dejando pallets de aceite en los distintos y numerosos supermercados hace que sea muy difícil y costoso, principalmente por el tiempo que esto demanda. La operación logística en el AMBA tiene una muy baja productividad, y esta dinámica excluye a las PYMES, que difícilmente pueden afrontar esos costos”, puntualizó Pérez Martín.
El docente añadió que “otro elemento importante es la conformación de la red comercial minorista, incluyendo a los supermercados, que concentran casi la mitad de la venta de alimentos en hogares y que tienen prácticas distorsivas en su trato con los clientes y los proveedores. Además, por fuera hay una red comercial muy atomizada, con miles de almacenes y de pequeños supermercados”.
Asimismo, Jantus indicó que los transportistas suman sus expectativas inflacionarias a la tarifa que negocian con los industriales, y eso se traslada al precio final. Pero no solo los transportistas: en esta misma línea, Pérez Martín comentó que los diversos eslabones de la cadena productiva proceden del mismo modo: “En muchos casos los productos pasan por dos o tres operadores logísticos comerciales y cada uno le suma sus costos y su inflación estimada”. Por esto, el docente consideró que es fundamental medir todos estos factores para comprender el mercado interno de un producto que integra la canasta básica y por lo tanto es de gran importancia en la Argentina.
Un mercado complejo
La soja constituye el 93% de la producción total de oleaginosas en el país. El 75% de la soja producida se industrializa, de lo cual el 17% se usa para extraer aceite crudo que se exporta principalmente a Perú, la India y Bangladesh. La Argentina es uno de los mayores exportadores de aceite en el mundo y gran parte de estas exportaciones se destinan a la producción de biodiésel o refinamiento en destino, según el estudio de Jantus.
El flamante egresado señaló a Sobre La Tierra que investigaciones como estas contribuyen a conocer y comprender un tema que requiere de políticas públicas que aborden la problemática. “Disponer de más información sobre este tema permitirá tomar decisiones más efectivas. Por eso es clave analizar el mercado interno de los aceites comestibles, desde la obtención del aceite hasta su llegada a los mercados y a los grandes abastecedores, incluyendo el abastecimiento y la logística”.
La cátedra de Sistemas Agroalimentarios de la FAUBA trabaja principalmente en temas vinculados a la planificación y el análisis sectorial en dimensiones económicas, ambientales y sociales. En este sentido, Pérez Martín señaló que el rol de la Universidad es fundamental para recuperar la mirada sobre el mercado interno, que quedó relegada ante la predominancia del sector exportador en la Argentina. “Además, la estructura de conformación de precios del AMBA incide en los precios de todas las provincias: las ineficiencias, la falta de competencia y una marea de factores se traslada al resto del país”, cerró.
Por: Yanina P. Nemirovsky
Fuente: SLT