En una entrevista publicada en El Tribuno Campo, Hugo Rossi, presidente de Seaboard Energías Renovables y Alimentos, se refirió a la demora en el tratamiento de la prórroga de la Ley de Biocombustibles.
Con el objetivo principal de tratar la prórroga de la Ley de Biocombustibles, el Gobernador Gustavo Sáenz recibió a ejecutivos de Seaboard Energías Renovables y Alimentos. El Tribuno Campo entrevistó a Hugo Rossi, presidente y Gerente General de la compañía, para interiorizarse de los pormenores de la reunión.
¿Cómo evalúan la reunión con el gobernador Gustavo Sáenz?
Veníamos siguiendo la gestión del gobernador Sáenz con Sergio Massa para la rápida prórroga de la Ley de Biocombustibles, lo que nos tiene en una incertidumbre muy grande, porque vence en mayo y a esta altura no sabemos qué vamos a hacer.
Además de la prórroga, expresamos nuestra preocupación por una futura ley que va a salir, que esperamos nos incluya. Hay 54 empresas que hicieron fuertes inversiones en biocombustibles y el objetivo de todos es crecer en este sector por sus enormes ventajas sociales, medioambientales y de salud. Leía que Alemania aumentará el corte al 20 % y hay muchos países aumentando el corte, fundamentalmente por la cuestión medioambiental.
Expresamos nuestra preocupación y, rápidamente, el gobernador se puso en contacto con el poder decisorio del país.
En adelante, trabajaremos en conjunto para asegurar que esta transformación -que Seabord lideró, pero fue un gran trabajo de toda la actividad sucroalcoholera, maicera y de la soja- que se hizo se respete, que nos dejen seguir creciendo y no nos dejen afuera.
¿Qué inversión realizó Seaboard y cuál sería la proyección de inversiones con un marco legal previsible?
La inversión supera los US$ 100 millones. Construimos la primera destilería de bioetanol en 2007, fuimos mejorando las instalaciones y hoy tenemos una capacidad de tanques de 100 millones de litros. Luego, construimos una destilería dual, que empezó a trabajar en 2017, que permite hacer bioetanol de caña y de maíz; además de sus correspondientes subproductos, como la burlanda que es muy demandada para el engorde de animales.
Estamos expectantes de cómo saldrá la ley. En Brasil -que está un paso adelante en materia de biocombustibles- hay mucha adición al ingenio tradicionalmente azucarero del etanol de maíz, como complemento. Es una alternativa que tenemos hace tiempo en carpeta, así que estamos a la espera del marco legal adecuado.
¿Cuál sería el piso de mínima qué debería tener este marco legal para qué el sector pueda seguir trabajando?
En la Liga Bioenergética de Provincias -que son 10 provincias, con 54 plantas de biocombustibles- consensuamos un proyecto de ley en el que reclamamos que el primer paso es el aumento al 15 % del corte con biocombustibles. Todos los vehículos están preparados para trabajar con un 15 % de etanol; de hecho, en Brasil cualquier vehículo que se importa trabaja con un corte del 27 % y es el mismo auto que se importa en Argentina y que funciona en otros países.
Entonces, el primer paso, el aumento al 15 %, se debería hacer. Lo que nos preocupa es que circulan ideas que plantean que el aumento se haría en determinada cantidad de años, lo que es una locura.
El ejemplo a seguir es el de países como Noruega, que son grandes exportadores de petróleo, lo que da grandes beneficios al país, pero internamente usan energías renovables. Para nuestra gente energía renovable, para los que tienen que usar energía fósil -porque todavía hay mucha demanda mundial- bienvenido Vaca Muerta para exportar. Con un blend adecuado se puede hacer, pero dejemos de importar nafta.
Aprobación por unanimidad en el Senado, compromiso del presidente de la Nación y del presidente de la Cámara de Diputados, pero la prórroga de la ley no se concreta. Es difícil entenderlo.
Uno no sabe qué está pasando, qué intereses hay. No cabe duda que el programa debe seguir y que lo tiene que hacer con cortes superiores, pero estas idas y vueltas generan confusión.
La ley la hizo Néstor Kirchner, la implementó Cristina Kirchner, le aumentó el corte Mauricio Macri, entonces uno dice “esto es una política de estado” y tiene toda la lógica, porque es una notable mejora para el medio ambiente; es una mejora del aspecto social de la industrialización de la ruralidad; es una mejora para la salud, un estudio de Harvard dice que mueren 8 millones de personas por año por los combustibles fósiles; Gran Bretaña Y California sacaron leyes que dicen que en 2030 no hay más combustibles fósiles.
Entonces, este camino hay que hacerlo, y de la mano de las petroleras, porque tienen toda la red de distribución y la logística. Tienen que dejarnos crecer y darle a la gente todos los beneficios.
Esperamos que, de golpe, no cambien las reglas del juego y quedemos expuestos a que todo quede en mano de un monopolio.
¿Barajaron una agenda con el gobernador Sáenz sobre cómo sigue el tratamiento de la prórroga de la ley?
El gobernador le pidió al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que cuando se discuta el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias también se apruebe la prórroga de la Ley de Biocombustibles. Lo lógico sería que lo aprueben como vino del Senado, con un contundente 70 a 0.
Después se puede discutir una nueva ley, todo es mejorable, pero primero debemos sacarnos la incertidumbre. No sabemos si vamos a producir, el 75 % de nuestra caña va a biocombustibles, así que no contar con un marco previsible nos puede dejar afuera del negocio.
Deberían tener esto resuelto para comenzar la zafra.
La pandemia nos atrasó, la intención era tener la prórroga aprobada sobre el final de la zafra para poder hacer un inter zafra y un alistamiento en función de, por lo menos, mantener lo mismo que teníamos y después discutir una nueva ley que de mayores beneficios. Y estoy hablando del consumidor, porque cada porcentaje de corte que se aumenta es menos impuestos a la transferencia de combustible que los paga el consumidor.
Con un marco legal y un escenario previsible, ¿Seaboard produciría más, sumaría maíz y nuevos negocios?
Sin ninguna duda. Tenemos cuatro destilerías y mucha más capacidad instalada que el cupo que tenemos. Nuestro cupo es de 106 millones y la capacidad instalada es de 180 millones. Pero las capacidades requieren de alistamiento, preparación y programación, que de hoy para mañana uno no puede hacerlo.
¿Cómo cree será la relación entre la empresa y el gobierno en los próximos años de gestión de Sáenz?
Creo que muy bien. El gobernador tiene plena conciencia del impacto de los biocombustibles en términos de empleo, medio ambiente y salud.
Con reglas claras, indudablemente vendrán inversiones en biocombustibles y en derivados a partir de estos. Tenemos gran cantidad de proyectos en carpeta, lo que necesitamos son las condiciones para desarrollarlos. Ordenado el tema de la ley de biocombustibles, que dará previsibilidad de futuro, empezaremos de a poco con otros proyectos.
Por: Belisario Saravia Olmos
Fuente: El Tribuno Campo