Un recorrido por los momentos célebres de la tríada de encuentros virtuales sobre los desafíos de la producción sustentable en el Gran Chaco y en los Cerrados.
La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) con el apoyo de Land Innovation Fund (LIF) desarrolló una tríada de diálogos virtuales sobre “Innovación colaborativa y enfoque holístico para cadenas de soja y sistemas de producción sustentables en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia”.
Cerrando el 2021 y organizados por el Programa Aapresid Internacional (PAI), los mismos se llevaron adelante entre los meses de octubre, noviembre y diciembre y convocaron a destacados académicos, referentes y productores agropecuarios para dar su visión sobre los sistemas de producción actuales y los desafíos futuros en un mundo que demanda cada vez más sistemas de producción sustentables.
Los encuentros propusieron instalar una visión holística sobre el debate de la producción agropecuaria sustentable: “creemos que la única forma de abordar la no deforestación y la producción sustentable de soja es desde una visión sistémica, que contemple múltiples prácticas, tecnologías y actores. En esa línea, buscamos poner en valor iniciativas innovadoras que ya se están implementando en la región, impulsadas por instituciones como Aapresid así como por muchos otros actores de la cadena”, afirman desde Aapresid.
Dando la visión de los productores brasileros, Ricardo Arioli Silva (Mato Grosso, Brasil) planteó que su país ocupa el 5° lugar en el mundo como productor de granos, fibras y oleaginosas, utilizando el 8,5% del territorio y con una frontera agrícola consolidada, dado que la legislación ambiental local exige que el 20% de la propiedad debe preservarse como reserva natural. “La soja es un vector de sustentabilidad, provee alimentos y combustibles con alta productividad, ahorra bosques y permite una producción de bajo carbono”, añadió. Por su parte, Cezar Rizzi (Campo Brasil) haciendo referencia al “Milagro del cerrado”, indicó que “la generación de tecnologías propias y políticas públicas, el espíritu empresarial de los agricultores, y programas de financiamiento fueron decisivos para hacer agricultura dónde antes no había”. Según Gisela Introvini (Fapcen), la tropicalización de la soja jugó un rol fundamental, generando más trabajo e inclusión en la región.
Para hablar del Gran Chaco Argentino, Jorge Adámoli (UBA) explicó que, según datos de 2020, el 28% de la superficie fue incorporada a la producción agropecuaria y el 72% está sin transformar. Considerando esos números advirtió “no podemos hablar de emergencia o amenaza a la biodiversidad, sabemos que hay cosas que se están haciendo mal, pero mucho que se pueden mejorar”. En ese sentido resaltó la importancia de trabajar en el ordenamiento territorial y la recuperación de tierras degradadas.
Por otra parte, Alejandro Brown, Presidente de la Fundación Proyungas destacó que las políticas público-privadas son claves para el desarrollo sustentable del Gran Chaco. “Debemos pensar la región como el lugar que la contiene, los productores son parte de la solución, generan los recursos y empleo que necesitamos, capturando los servicios de la naturaleza”, agregó.
Representando a la cadena de soja en Argentina, Rodolfo Rossi (Acsoja) enfatizó “la soja es mucho más que alimento y energía. Nuestro compromiso ambiental para su producción se basa en la no deforestación, la siembra directa y el programa de carbono neutro”.
Por otra parte, Marcelo Torres (vicepresidente de Aapresid) introdujo el concepto de Agricultura Siempre Verde, la cual promueve la actividad biológica, el secuestro de carbono mejora la fertilidad, la infiltración del agua y el control de malezas, incrementando la productividad. Torres comentó que la clave de la sustentabilidad es tener una mirada holística del sistema, cuya dinámica es la ciencia y la innovación. Profundizando este último punto, Rodolfo Gil (director Académico de Sistema Chacras) se refirió a Sistema Chacras, el programa liderado por Aapresid en colaboración con INTA, que se enfoca en la innovación colaborativa para desarrollar de tecnologías de procesos que respondan a problemas concretos, bajo condiciones reales de producción en diferentes ambientes.
En lo que refiere a la demanda de alimentos, durante los tres diálogos, se planteó con preocupación los riesgos que conllevarían las barreras paraarancelarias impulsadas por la Unión Europea (UE) a los países productores de soja, e incluso se las catalogó como injustas.
Alexander Döring (Fefac) expresó que “la UE prohíbe la colocación de commodities que estén unidos a la deforestación, y uno de los criterios deseados es la soja libre de conversión. Esta exigencia requiere un 100% de trazabilidad y geolocalización de la producción. Los esquemas de certificación contribuyen a dar la evidencia necesaria”.
En respuesta a ello, Teddy Cotella (director Adjunto del Programa Aapresid Certificaciones) detalló su experiencia en la implementación de Agricultura Sustentable Certificada (ASC) en campos del Chaco Argentino. “ASC es el primer estándar argentino reconocido a nivel internacional”, remarcó. Por su parte, Wellington Andrade (Aprosoja) se refirió al programa de “Soja Legal” de Brasil, basado en el cumplimiento de marcos regulatorios y los lineamientos del programa de certificación RTRS, brindando trazabilidad y seguridad a los consumidores. Por su parte, Daniel Kazimierski (TFA) manifestó “debemos posicionar al Gran Chaco en foros internacionales y atender inversiones para la producción sostenible”.
Desde la óptica de la ciencia, Federico Trucco (Bioceres) subrayó “debemos gestionar un ecosistema, medir y trazar los servicios ambientales, como el secuestro de carbono por fotosíntesis y mostrarlos con transparencia”. “No tenemos que convencer al mundo que estamos haciendo las cosas bien o mal, los mercados van a dar esas señales”, enfatizó.
Con una mirada optimista, Gabriel Delgado (IICA) marcó este cambio de paradigma como una gran oportunidad para el Cono Sur para la generación de divisas, y planteó el desafío de comunicar a la sociedad que la producción de alimentos significa protección de la naturaleza.
Sin dudas, los Land Innovation Dialogues propiciaron un espacio donde diferentes actores de la cadena productiva pudieron poner sobre la mesa los aspectos para definir una hoja de ruta para la acción que permita afrontar los desafíos hacia sistemas de producción sustentables en el Gran Chaco y en los Cerrados.
Desde el PAI, su Gerenta, María Cecilia Ginés, destacó el compromiso de la Institución en su conjunto y expresó “desde el Programa Internacional queremos agradecer a todos lo que contribuyeron al desarrollo de los diálogos, cada aporte, tanto de socios como staff, fue fundamental. También extendemos el agradecimiento a todos los disertantes y al Land Innovation Fund, por confiar en Aapresid y acompañarnos en esta iniciativa”.