El titular de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, criticó al gobierno y aseguró que “se dice progresista, pero favorece la concentración del poder económico”.
El titular de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, consideró que “con una gran oportunidad perdida, finaliza un año para el olvido en política ganadera”.
En un duro artículo editorial en la revista Salta Productiva que edita la institución, criticó al gobierno nacional de Alberto Fernández y aseguró que “se dice progresista, pero favorece la concentración del poder económico”.
La opinión de Carlos Segón
Con una gran oportunidad perdida, finaliza un año para el olvido en política ganadera, no exento de grandes preocupaciones por lo que viene.
En un contexto del mercado de carne bovina muy favorable con precios en alzas y una gran demanda de China (el mayor consumidor de vaca manufactura y conserva, ambos productos que no tienen demanda en el mercado interno), Argentina se perfilaba hasta mayo de 2021 con tendencia a un nuevo récord de exportaciones con perspectivas de superar las 900.000 toneladas del año anterior, ya que en el primer trimestre había superado en 28.000 toneladas respecto a lo logrado en el año 2020 en el mismo trimestre.
La industria frigorífica tenía un programa de inversión de 300 millones de dólares para ampliación y mejoras de sus plantas, con el objetivo de lograr exportar en cuatro años 1,4 millones de toneladas de carne bovina, con un ingreso de divisas por 6.200 millones de dólares. A este contexto de oportunidades también se sumaron productores y otros actores de la cadena cárnica, para poder exportar en forma directa tomando servicios de faena en plantas exportadoras.
En el mercado interno, en un proceso de altos índices de inflación y saliendo de las restricciones de la pandemia, el Ministerio de Comercio Interior utilizando viejas y fracasadas recetas a través de retenciones a las exportaciones y desdoblamiento cambiario, intenta desacoplar los precios internos del valor de exportación, con el objetivo de “cuidar la mesa de los argentinos”. La solución a los altos índices de inflación y pérdida del poder adquisitivo del salario, no pasa por desacoplar los precios internos. No hace falta más que observar a los países vecinos que exportan porcentajes mayores que Argentina para darse cuenta que las verdaderas causas son el déficit fiscal y la emisión monetaria.
En el mes de mayo se prohibieron las exportaciones de carne vacuna. Luego de negociaciones con los grandes grupos exportadores se limitaron dichas exportaciones a un 50 % de lo que se exportaba el año anterior. En esta distribución de cupos el 60 % quedó en manos del grupo ABC a cambio de poner a disposición “carne barata” en las cadenas más importantes de supermercados como medida preelectoral, dejando a los medianos y pequeños exportadores sin cupo. Estas medidas solo favorecen la mayor concentración en grandes empresas, sacando del mercado a muchos jugadores de menor escala.
Un gobierno que se dice progresista, pero favorece la concentración del poder económico.
Como a habíamos anticipado desde esta entidad y desde la Mesa de Enlace, estas normativas perjudicaron directamente al productor con una caída del precio en mayor medida de la vaca manufacturas del orden del 25%, con aumentos en los costos por capacidad ociosa de las plantas de faena del orden del 50 %. Como consecuencia se paralizó las inversiones en la industria frigorífica y se redujo la ocupación de los corrales de engordes en un 40 %.
En este año la faena disminuirá en un millón doscientas mil cabezas aproximadamente.
El plan “PLATITA” que aplicó el gobierno sobre todo en el conurbano bonaerense, sumando a los aumentos nominales de salarios, con escasez de novillos en el mercado por falta de producción, más los problemas estacionales de las precipitaciones que limitan el envío de animales, terminó con una recuperación del precio por arriba del mes de mayo, llevando al consumidor a abonar un precio superior.
Los famosos planes ganaderos que pomposamente anunciaba el Presidente de la Nación con la Sra. Vicepresidente y con el nuevo Ministro de Agroindustria Julián Domínguez, quedaron simplemente en un nuevo RELATO tal cual el famoso PEA que presentó este mismo ministro durante el gobierno de CFK.
Un gobierno que prometió, antes del proceso electoral, llamar a una mesa de diálogo en búsqueda de un gran acuerdo nacional, parece haber quedado en el olvido. Nuevamente en una actitud de soberbia a la que nos tiene acostumbrado, no reconocen la derrota expresada en las urnas, como tampoco cuando CFK, quiso entregar los atributos presidenciales a Mauricio Macri.
El Secretario de Comercio Interior Roberto Felleti no se dio cuenta que el precio de la carne en Argentina está totalmente desacoplado del mercado externo, e insiste en el tema con amenazas de más retenciones, cierre de mercados, etc. El Ministro de Producción, Kulfas, se contradice públicamente con su propio Secretario. El Banco Central empieza a reconocer a través de sus resoluciones que las reservas están tocando fondo, los índices de inflación no muestran tendencias a un equilibrio, la anunciada recuperación de la actividad económica todavía no llega a contrarrestar los índices de pobreza y de empleo, el acuerdo con el FMI se sigue dilatando.
Con un pronóstico para el próximo año lleno de incertidumbres, imprevisibilidad para el sector productivo ganadero, que atenta contra mayores inversiones, solo una mayor producción e incremento del stock ganadero es la única posibilidad de abastecer la mesa de los argentinos e aumentar las divisas que necesitan las reservas del Banco Central.
En la esperanza que las Familias Ruralistas continuemos trabajando por el bien del país, por una Argentina mejor, les deseo un Año en Paz y una Feliz Navidad.