La tendencia es la más elegida en entre los jóvenes y las principales bodegas del país aseguran que el formato conserva la calidad, los aromas y los sabores de un modo excelente.
Las nuevas formas de consumo, algunas generadas por la pandemia de COVID-19, y la demanda del público joven, hicieron que bodegas argentinas “se animaran a más” y decidieron seleccionar sus mejores vinos para ofrecerlos en una nueva presentación: la lata. Aseguran que conserva la calidad, los aromas y los sabores de un modo excelente.
En diálogo con Télam, el responsable de Marketing de Bodega Santa Julia, Juan Ignacio Guzman, destacó que “el público joven es el que más elige el vino en lata, al ser un consumidor desestructurado y sin prejuicios sobre los envases”.
Una presentación aceptada en el mercado
Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en el primer semestre del 2021 el consumo de vino en lata creció un 25,3%.
Este envase tendencia en el mundo del vino, permite conservar las características propias de la bebida y su calidad es la misma que la de botella de vidrio original. Además, cabe destacar que la lata es un envase sustentable 100% reciclable, lo que la convierte en un producto amigable con el medio ambiente.
¿Cuándo comenzaron a pensar en el proyecto de vino en lata?
En febrero de 2019 aproximadamente fue el comienzo de la evaluación del proyecto de latas en argentina. Empezamos con el proyecto a partir de un tercero, nuestro importador en Estados Unidos decidió enlatar, nosotros enviábamos el vino a granel y se hacía todo allá. Fue un proyecto muy cauto porque el mercado en EE. UU. iba evolucionando lentamente.
¿Y cómo fue el impacto en Argentina?
El impacto de este proyecto en Argentina fue muy grande. Decidimos arrancar con este proyecto como una investigación de mercado, era un trabajo muy costoso y a largo plazo porque no había antecedentes de esta presentación en el país y teníamos que evaluar el envase.
A partir de esto, fuimos descartando otras variables que pusieran en riesgo el trabajo. Elegimos un vino que fuera líder en el mercado que era el chenin dulce, donde garantizábamos que el público no iba a encontrar algo diferente a la botella, sino que era una nueva presentación. En cuanto al packaging decidimos simular la etiqueta que tiene la botella del vino en la lata.
A partir de ahí fue todo descubrimiento, la evolución depende por donde lo mires es lenta o es rápida. Comercialmente es un proyecto que va despacio, pero vemos que las personas que prueban el vino en lata sé animan a repetir porque la experiencia es buena.
¿Qué presentaciones en lata lanzaron?
Hoy en el mercado tenemos cuatro presentaciones en lata: Chenin Dulce, Tinto Dulce, Malbec Rosé Orgánico y el Tintillo (Malbec Bonarda).
¿Cuál es la diferencia entre el vino en botella y el vino en lata?
Aparte de la presentación, no hay diferencia alguna con los vinos de botellas. Estamos ante la puerta de un cambio de comportamiento de consumo basados en consumidores más jóvenes y apelando a la portabilidad del envase, a que es sustentable y que realmente los vinos no se ven afectados.
Amigable con el medio ambiente
La lata es un envase sustentable 100% reciclable, ahorra energía y las emisiones de gases contaminantes.
Además de garantizar su calidad y de los excelentes comentarios que recibimos principalmente de la gente más joven no tiene prejuicios, los precios son similares al de vino en botella lo que también generó mayor confianza en el consumidor.
Por: Valentina Selzer
Fuente: Télam